La primera muerte
Como buena fan de los vampiros había que ver “La primera muerte”, si además le sumas temática queer pues ni te cuento. Vale, muchos dirán ya hay mucho de este tema, que ya hemos tenido bastante romance adolescente con “Crepúsculo”, que nunca podrán superar a “Buffy, Cazavampiros”… Pues sí, toda la ración del muslo. Pero a mí no se me ocurre ninguna serie de este estilo con protagonistas femeninas y tórrido romance entre ellas.
El relato universal de “Romeo y Julieta” en formato vampiros vs. cazadores
Cierto es que los vampiros están muy manidos, pero no se puede discutir que “La primera muerte” tiene ideas fascinantes para que su mundo y los personajes que viven en él puedan tener recorrido para varias temporadas. Tiene puntos originales y vueltas de tuerca que aún no se habían visto, y utiliza con descaro el relato universal de “Romeo y Julieta”: en este caso un amor prohibido entre las hijas adolescentes de una familia de vampiros de legado y una familia de cazadores de monstruos.
En su relato incorpora lecciones morales entre lo que unos y otros consideramos monstruos: racismo, prejuicios y juegos de poder asoman por todas partes. Pero siendo honestos lo que te va a enganchar es el romance entre las dos protagonistas: Juliette y Calliope. Ambas se encuentran en el mismo momento de sus vidas, su adolescencia, que es el punto crucial en su supuesto camino vital; ambas deben cometer su primera muerte para formar parte oficial de sus respectivas familias.
Cuando Juliette ve por primera vez a Calliope, la chica nueva del instituto, se fija en ella al instante, e intenta establecer contacto torpemente como muchas de nosotras habremos hecho en algún momento. Calliope por su lado, en un principio mucho más fría y pasota, empieza a verla con cierta sospecha por sus instintos cazadores, aunque por otro lado, su comportamiento no le cuadra con el retrato del monstruo que le han enseñado.
Juliette es la vampira más amable y con conciencia de su familia, se está resistiendo a cometer su primera muerte, no quiere hacerlo, pero cada vez está más enferma por ello. Y es que en este universo los vampiros de su clase (Legacy Vampires, es decir de nacimiento) han de cometer al menos una muerte en su adolescencia para no enfermar. Toda su trama se empieza a complicar cuando muere alguien en el pueblo y su familia asume que ha sido ella.
Por otro lado Calliope aún no ha conseguido su primera muerte a pesar de estar más que preparada; sus padres la sobreprotegen y aún no ha tenido la oportunidad. Su personalidad es distante ya que nunca ha estado lo suficiente en ningún sitio como para hacer amigos o conectar con nadie, solo conoce al círculo de cazadores, de hecho su ex es otra cazadora. Al conocer a Juliette se siente atraída por ella ya que parece romper sus esquemas, y aunque se resiste a admitirlo porque en el fondo sabe que es un “monstruo”, la “inocente” Juliette le pone.
No es una serie para ponerla en un ránking de mejores series de la historia, pero si te gusta lo sobrenatural, la tensión sexual y el romance adolescente o primer amor, esta serie tiene lo necesario para mantenerte enganchado hasta el final.