Tras la vorágine que supone el especial de los Oscar en filmfilicos, poco a poco volvemos a la normalidad. A mi me gusta continuar con algunas películas ligeras, como puede ser una comedia romántica. En este caso se trata de Loco por ella dirigida por Dani de la Orden, con guion de Natalia Durán y Eric Navarro.
Sinopsis de Loco por ella
Tras conocer y pasar una noche salvaje y de desenfreno juntos, Adri (Álvaro Cervantes) descubre que la única forma de volver a ver a Carla (Susana Abaitua), la que se ha convertido en la chica de sus sueños, es convertirse en paciente del centro psiquiátrico en el que ella reside.
Aunque la premisa era pasar una noche juntos y luego seguir cada uno su camino él acabará loco hasta los huesos por ella y se verá sumido en una pequeña crisis personal. Tras indagar descubrirá que la joven se encuentra internada en un hospital para enfermos mentales.
Locamente enamorado y dispuesto a hacer lo que sea para volver a verla, Adri decide internarse voluntariamente en dicho centro, para poder reencontrarse con Carla (y de paso escribir un artículo de investigación para la revista en la que trabaja). Una vez dentro, ella no lo recibe como él esperaba. Y no solo eso, sino que, además, no va a ser tan fácil salir de allí.
Con la ayuda de Saúl (Luis Zahera), su compañero de habitación, Adri comenzará un viaje de aprendizaje, que le acercará al resto de pacientes y a Carla, pero además le obligará a replantearse su visión del mundo.
Crítica de la película
Si me habéis leído en otras ocasiones, sabréis que no soy especialmente amante de las comedias románticas y que es complicado que me lleguen a gustar. En este caso no es una excepción y aunque el film es interesante, peca de lo mismo que las pelis de este género, que se vuelve muy previsible.
Esto no quita, para que estemos ante un trabajo muy entretenido y que muestra un mensaje muy fuerte y firme, que todos deberíamos aprender. Además, tenemos unas interpretaciones muy divertidas e interesantes.
Y por último, hacer humor con enfermedades mentales, siempre suele ser algo delicado y todo un reto. Dani de la Orden lo consigue con mucha elegancia y solvencia o esa impresión me da a mi, al menos.
