SPIELBERG, STREEP, HANKS…
Tres apellidos que al verlos juntos crean una bomba atómica en los corazones de los amantes del cine, y es que evidentemente el trabajo que implica a uno de los directores por excelencia, una de las mejores actrices de todos los tiempos y a este actor excepcional, es digno de nominaciones a la 90° edición de los premios de la Academia como Mejor Película y como ya es costumbre, a Meryl Streep como Mejor Actriz.
Lo que me lleva a pensar que, en este caso en particular, y con el perdón de los fieles seguidores de Spielberg, los nominados son los nombres, no la película. Es decir, lo que le otorga al film el carácter de calidad no es más que dichos nombres juntos, porque la película en sí es aburrida. Y me atrevo a calificarla con dicho adjetivo por tratarse justamente de Spielberg, ya que en realidad la película no está mal, pero cuando tienes todos los elementos necesarios para que sea una obra de arte y no lo es, pues la decepción es tan grande como la talla de los nombres de sus increíbles participantes.
Basada en la historia real de The Washington Post y los famosos archivos del Pentágono, los cuales fueron publicados por dicho periódico para revelar la realidad de la Guerra de Vietnam, donde Estados Unidos nunca tuvo las de ganar y aún sabiéndolo, continuaban en Guerra, es una película que relata una historia excitante sin duda alguna, sobre todo en nuestros tiempos donde los medios de comunicación juegan un rol tan imprescindible y que actualmente son el enemigo número uno de los políticos.
Y a pesar de que es hermoso ver cómo Spielberg plasma y defiende por encima de todas las cosas la libertad de prensa y la fortaleza y sabiduría de una mujer en medio de un mundo machista, el relato se torna jodidamente tedioso. Una película bajo la forma de thriller pero que el suspenso lo deja de lado. La historia es lo suficientemente emocionante como para que se nos ponga la mente en blanco aunque ya sepamos de lo que se trata, pero el resultado es que te sientes viendo cualquier película, de cualquier director, con una historia medianamente relevante, lo cual no es el caso. Es una película de Steven Spielberg sobre los acontecimientos de los archivos del Pentágono. Suena grande, pero no lo es.
A pesar de que no estoy acuerdo en ninguna de sus nominaciones, ni siquiera la de Meryl Streep, debo admitir que lo único positivo es que es una película norteamericana que muestra el lado oscuro del país. El lado egoísta, el lado anti-heroico, el lado manipulador de los Estados Unidos, sin vergüenza, para realzar luego la impresionante labor de los periodistas sobre los cuales recae el verdadero heroísmo. No es común ver a Estados Unidos de ese lado.
Mi posición personal, contraria a la de la Academia y a la de muchos críticos, es que es una cinta cuyo valor recae meramente en la historia como tal. Es la valentía de contar dicha parte oscura de la historia junto a actores brillantes, mas no es la manera de contarla ni la actuación de los mismos.
Es un film que debe ser visto pero por mera cultura general, para hacernos una idea de cómo sucedieron los hechos, paso a paso, recreados fielmente por los guionistas del film, Liz Hannah y Josh Singer. Sólo espero que no se lleve el premio como Mejor Película, pero si lo hace, no es la primera vez que la Academia comete estupideces.
