Lost in translation
“Los caminos están quietos, son las personas las que nos movemos”. Hoy en el metro, fuente de inspiración, he escuchado a una señora decir esta frase y me ha hecho recordar Lost in Translation. Que a simple vista no se ve una relación directa pero yo, que siempre hago relaciones encadenadas de ideas que me llevan a cosas aparentemente sin sentido, se la he encontrado. Bueno la cuestión es que la peli, ganadora de un Oscar al mejor guión original, está bastante bien, si solo te quedas con lo superficial, con lo que se ve… a lo mejor puede parecer floja pero trasmite tantas cosas si las sabes percibir.
La película, coproducción japonesa y estadunidense, trata de cómo dos personas cruzan sus vidas en un lujoso hotel de Tokio. Bob Harris (Bill Murray) un actor en horas bajas que tiene que recurrir, de mala gana, a anuncios como el que le hace pasar unos días en Tokio para promocionar un whisky y que con su ánimo por los suelos pasa casi todo el tiempo en su hotel. Por otro lado está Charlotte (Scarlett Johansson) la mujer de un fotógrafo que debido al trabajo de su marido pasa largas horas, incluso días, encerrada en su habitación. Hasta que estos dos personajes se cruzan de forma casual. Por el vacío existencial que sufren ambos y otra serie de detalles se van haciendo cada vez más amigos, compartiendo momentos absurdos y otros muy intensos. Y es ahí donde destaca la película, en la mezcolanza de humor y romanticismo, cariño, sensibilidad y otros tantos sentimientos que trasmite el film.
Por eso creo que los viajes siempre hay que afrontarlos con ganas, con ánimo y con la mente muy abierta. No importa el motivo del viaje, pero nunca se sabe si vivirás una gran aventura que te evada de la realidad en la India, si flotarás con una fascinante historia de amor en Cuba, si conocerás a la persona que se convertirá en tu mejor amigo en Tailandia, incluso si llegarás a conocer a David Bisbal en las pirámides de Egipto.
El problema de hoy en día es que la gente parece que ya no viaja por el mero hecho de viajar. Solo lo hacen para aprender un idioma, para complementar los estudios, para buscar un trabajo, o porque la pareja sentimental tiene que marcharse a otro lugar; pero solo por disfrutar, por vivir momentos… eso ni se lo plantean. Y es que como dice Ugh: “Españoles por el mundo nos está dejando sin amigos”. Porque la gente se piensa que las historias que cuentan en esos programas, son una máxima y que todo el mundo que va a esos lugares les pasa lo mismo. Y para nada es así, solo es una visión sesgada y subjetiva del lugar y de las vivencias en él.
Pienso que hay que viajar, viajar sin más, disfrutar de las cosas nuevas que van surgiendo y llenarte de momentos hasta reventar, porque como dicen en Hacia rutas salvajes: “El espíritu del hombre se alimenta de nuevas experiencias”. Además y como pasa en Lost in Translation, nunca sabes en que rincón perdido o no tan perdido, puedes encontrar a alguien especial, que te llene y te haga sonreír cuando más lo necesitas, pues “Los caminos están quietos, son las personas las que nos movemos”.