Una pareja llega a su casa luego de una fiesta. Ambos, elegantemente vestidos, se apoderan de sus espacios cotidianos. El baño, la cocina, el bar y la sala se vuelven sitios donde el tedio que sigue a la celebración es interrumpido por la música que pone Malcolm. Los primeros minutos de Malcolm & Marie (2021) funcionan coreográficamente, con pautas marcadas por la edición y los acercamientos a detalles como vasos, ollas y el movimiento de nuestros personajes.
No pasan muchos minutos antes que descubramos que Malcolm y Marie están en verdad incómodos entre ellos, que se respira un aire cargado de emociones frustradas que está a punto de explotar. A partir de ese momento, la pareja se convierte en una versión moderna de George y Martha, la deteriorada y destructiva pareja formada por Richard Burton y Elizabeth Taylor en Who’s Affraid of Virginia Woolf? (1966).
Malcolm & Marie está filmada en blanco y negro, por momentos la cámara explora a la pareja desde fuera de la casa y luego parece perseguirla hasta la intimidad. La tensión creada en un inicio desaparece y la trama adquiere matices tóxicos, de pesadumbre sentimental. El guion se torna repetitivo y la sutileza de los diálogos de Edward Albee inmortalizados en la cinta de Mike Nichols se convierten en líneas predecibles, estereotipos abusados y discusiones absurdas.
Ni Malcolm ni Marie son dos personajes interesantes. La exploración no se sustenta en sus heridas sino en sus egos, inflados por ellos mismos y sus ínfulas. Las actuaciones de John David Washington (Infiltrado en el Kkklan) y Zendaya (Spider-Man: Lejos de Casa) se esmeran en lograr algo que el papel jamás les podría permitir. El resultado final es una película desgastante, con un par de momentos con algo de ritmo y cuyas pretensiones terminan devorando el contenido. Un fracaso.
