Infiltrado en el KKKlan
Me había propuesto hacerle un poco el vacío a las películas de Spike Lee desde que en 2013 decidió hacer un remake tan innecesario como el de Oldboy, ya que la original es totalmente redonda. Pero me suelen durar poco estas pataletas, y más si tenemos en cuenta que en el presente blog nos encontramos abordando Los Oscar 2019. Así pues, su ultimo largometraje, Infiltrado en el KKKlan, ha sido nominada a mejor película, mejor director, mejor actor de reparto, mejor montaje, mejor guión adaptado, y mejor banda sonora. Hoy os hablo de ella, después de una breve sinopsis.
A principios de los años 70 el ambiente de odio hacia los afroamericanos había alcanzado un nuevo nivel de odio. No fue de extrañar que la organización del Ku Kux Klan estuviera en un inusitado auge. Entre tanto, Ron Stallworth (interpretado por John David Washington), el primer agente afroamericano en fichar por el departamento de policía de Colorado Springs, consigue ganarse la simpatía del Klan por vía telefónica. Una organización tan desagradablemente xenófoba jamas aceptaría a alguien como él como miembro, así que se apoya en su compañero Flip Zimmerman (Adam Driver) para infiltrarse e intentar desarticularla.
La parte visual de esta película está tremendamente bien cuidada. Se toman algunas licencias visuales algo alocadas en un par de escenas que, lejos de quedar extraño, tienen un porqué subyacente. La banda sonora, a cargo de Terence Blanchard, por la cual está nominada a una estatuilla, aporta ese toque de tensión cuando se necesita, así como también desenfadado, que muchas veces es el tono de la cinta, todo esto con un par de pinceladas setenteras, que no olvidemos que es la década de ambientación.
En el reparto han dado en el clavo totalmente, ya que pocos actores en el largometraje son prescindibles a nivel interpretativo. Aunque si que es verdad que me hubiera gustado un poco más de papel del que tiene Laura Harrier, que se profundiza levemente. Entre ellos también se encuentra Adam Driver, que está nominado al Oscar a mejor actor de reparto, y desde luego que es merecido. En la silla del director encontramos a Spike Lee, como bien he dicho arriba, y que también opta al Oscar a mejor director.
La presente película está basada en hechos reales, libremente interpretados en una dramedia. Desde mi punto de vista le veo más drama que comedia, y es que es un tema para tratar con demasiado cuidado de lo serio que es, pero Spike Lee encuentra el momento de introducir alguna chascarrilo. La cinta tiene una potente denuncia social, y creo que no podría venir en mejor momento. Y es que estamos alucinando con los recientes hechos de America Fist y ese gobierno rancio de Donald Trump, pero Lee nos recuerda que esto no es algo actual, si no que ya se sufre desde hace tiempo de manera subvertida o no.
En definitiva, es un largometraje que consigue mantener la tensión y ser desenfadada a partes iguales magistralmente, con un tema que siempre ha sido y será realmente grave. Y al acabar te recuerdan que la historia no cambia tanto como nosotros pensamos, lo cual es lo verdaderamente preocupante.
No debería haber lugar para el odio.
