Miel
Este viernes se estrena Miel, el debut detrás de las cámaras de la actriz Valeria Golino. En su primer largometraje la realizadora nos impacta por la cercanía y ángulo relajado con que se acerca a un tema extremamente delicado como es el del derecho a decidir cuando morir.
Miel es el nombre en clave que usa Irene, una joven que se dedica a ayudar a morir a personas que, padeciendo enfermedades terminales, deciden poner fin a su vida de forma plenamente consciente.
Tema controvertido el elegido para su primera película del que sale bastante airosa. Golino hace algo parecido a lo que realiza otra directora conocida por sus controversias, Claire Denis. Con imágenes hipnóticas y buena música logra proyectar ante el público de un modo casi anestésico escenas y acciones que en realidad son tremendamente duras.
Valeria Golino ha hecho lo mismo. Rodeada de belleza, ambientes agradables y atractivos, que para nada reflejan la situación que contienen, expone el tambaleo de conciencia que supone el enfrentarse a la tesitura de ayudar o no a alguien a terminar con su vida.
Un relato distante, que no frío, ayuda a narrar con sencillez unas acciones que fácilmente podrían provocar la caída en inútiles dramatismos.
La película se convierte en una directa exposición de los sentimientos, creencias, motivaciones y miedos que ante tal coyuntura se pueden generar, tanto en el que decide morir como en los que deciden ayudarle. Una interesante propuesta que no deja indiferente tras su visionado.
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