Ocho apellidos catalanes
Ya hablé en su momento de la película Ocho apellidos vascos, y hoy vengo a hacerlo de su segunda parte, también dirigida por Emilio Martínez-Lázaro: Ocho apellidos catalanes.
Sinopsis de la película
Koldo (Karra Elejalde), se adentra en tierras españolas cuando se entera que su hija Amaia (Clara Lago) se va a casar con el artista catalán Pau (Berto Romero), unos meses después de haber terminado su relación con Rafa (Dani Rovira). Pero Koldo hace una parada en Sevilla para pedirle a Rafa un favor. Aprovechando la contienda, Rafa se apunta al viaje, para intentar recuperar a Amaia.
En esta historia no falta la madre de Pau (Rosa María Sardá) y Judit (Belén Rueda), la organizadora de la boda, que es como de la familia. Y por supuesto Carmen Machi, que en la primera película se hace pasar por la madre de Rafa, pero en esta secuela no se muy bien que papel aporta en la trama.
Crítica de la película Ocho apellidos catalanes
No sé muy bien por donde empezar.
Los guionistas vuelven a ser Borja Cobeaga y Diego San José, seguramente los pobres damnificados, del propio monstruo que crearon (seguramente sin querer) en Ocho apellidos vascos. El fenómeno mediático y de taquilla que resultó ser la primera parte, condujo a los productores a crear una segunda parte, quizás de forma apresurada y eso en el guión se nota (y mucho).
El ritmo no es nada ágil y los golpes de humor que en la primera podían llegar a ser bastante frescos (a pesar de basarse en tópicos y más tópicos) en Ocho apellidos catalanes, resultan pesados, tediosos, forzados.
Las actuaciones, creo que también bajan de nivel, no es que nunca hayan sido demasiado buenas, pero al menos Karra Elejalde que en Ocho apellidos vascos brilla por encima del resto, en esta secuela a penas aporta algo de humor en momentos puntuales.
En mi opinión los creadores se han visto devorados (o sobrepasados) por el propio fenómeno que crearon.
Y ojo, que tampoco digo que Ocho apellidos vascos fuera la panacea (y menos para el éxito que tuvo en taquilla), pero al menos si que resultaba ser una comedia correcta, graciosa y entretenida, cosa que la segunda parte queda muy alejada de esos calificativos.