Aprovechando que esta semana tenemos Cinema Jove en Valencia y para no aburriros siempre con las mierdipelis, me he ido a ver una serie de “cortometrajes” de dos padres del cine, Segundo de Chomón y Méliès.
Pongo cortometrajes entre comillas porque en 1900 para la gente de la época eran películas, pero para nosotros son cortos.
Estas proyecciones se han realizado durante varios días pero yo he querido ir a la del Martes 23 ya que era cuando se proyectaban todos y aunque no sabía porque ese día era así la sorpresa que me llevé al descubrirlo fue gratificante.
Por lo que deducí, los tres primeros cortos que pusieron de Segundo de Chomón eran originales o copias hechas en rollos de película por lo que era necesario un proyector especial (uno de los antiguos).
Además estas proyecciones (Le Troubadour, Le voleur invisble y Lulú) eran sin audio y solo se oía el ruido del proyector. Parecía que estábamos en aquella época, además éramos unas 15 personas por lo que el silencio era sepulcral.
A partir de esas tres, comenzaron las proyecciones con audio y restauradas por diversas filmotecas como la catalana entre otras.
Está claro que Méliès era un avanzado a su tiempo no solo por crear esas historia,s sino por plasmarlas de una forma tan detallada que para aquella época no me extrañaría que más de uno saliera corriendo del cine.
Descubrir que existía un español que hacía lo mismo o incluso trabajos más arriesgados como el uso del stopmotion, hace pensar que nosotros también hemos tenido éxito desde hace muchísimo tiempo en el cine y que no se ha valorado tanto como las industrias francesa o americana.
Aún así en una época de superproducciones con muchísimo más presupuesto que consiguen convertirse en verdaderas “mierdipelis”, ver proyecciones antiguas de este tipo con tanto trabajo y calidad te da que pensar que harían Chomón y Méliès con las tecnologías actuales.
¡Hasta la próxima amiguitos!
