Un franco, 14 pesetas
Ya que hace poco que se ha estrenado la película 2 Francos, 40 pesetas, voy a aprovechar para hablar de la primera parte de esta saga, Un franco, 14 pesetas.
Se estrenó en 2006 y su director, Carlos Iglesias, consiguió la nominación al Goya como mejor dirección novel por esta película, con toques autobiográficos, de la que también es protagonista y guionista.
El film trata el tema de la emigración española hacia países europeos en los años 60. Martín (Carlos Iglesias) acaba de ser despedido por su empresa al mismo tiempo que su mujer ha firmado la compra de un piso. Las dificultades económicas de la familia le obligan a marcharse a Suiza, acompañado por su amigo Marcos (Javier Gutiérrez), con la intención de ganar dinero rápido y volver a España con la familia en un año. Ambos viajan al pequeño pueblo de Uzwil, donde empiezan a trabajar como mecánicos fresadores en una fábrica. Al año de estar en Suiza, la mujer decide dejar su vida en Madrid y acude con su hijo a reunirse con su marido. Durante el tiempo que pasan en el extranjero, la película trata de mostrar las diferencias culturales y las dificultades que éstas causan en los protagonistas.
Primero son Martín y Marcos los que tienen problemas para encajar en el nuevo lugar. Aunque hay que señalar que los problemas son por muy poco tiempo y debido únicamente al idioma. Realmente, los protagonistas consiguen hacer una nueva vida de manera sencilla y se nota que el director guarda un bonito recuerdo de los años que pasó en Suiza.
Sin embargo, más tarde, las diferencias culturales vuelven a manifestarse cuando regresan a España. En este caso, es Pablo (el hijo) el que tiene problemas de adaptación cuando hacen el camino inverso. Aunque, algunas veces, eso quede reflejado en situaciones muy forzadas como, por ejemplo, en la secuencia con el abuelo materno porque a ver si va a resultar que en Suiza no hay cojos.
A nivel visual, sí se dejan muy claras las diferencias entre la España gris de la época y la verde Suiza con una dirección de fotografía muy buena, incluso diría que de lo mejor de la película.
Por otra parte, a veces, es demasiado sensiblera para mi gusto y busca la lágrima fácil en situaciones que no son para tanto. La música que acompaña a estos momentos emotivos trata de crear un dramatismo exagerado que no concuerda con la historia que se está contando y quita toda la emoción que pretendía dar.
En cuanto al papel de los actores, Carlos Iglesias y Javier Gutiérrez me han gustado. Sin embargo, no me ha convencido Nieve de Medina en su papel de Pilar, la esposa de Martín, que en algunos momentos me ha resultado demasiado intensa.
En general, me parece que es una buena película española que trata sobre la historia reciente del país, situándose en los años 60. A su favor, se puede decir que Un franco, 14 pesetas se centra más en aspectos sociales que en políticos y, eso, la hace diferente y recomendable.