13 Horas: Los soldados secretos de Bengasi
Encontrándonos en plena semana de los Óscar, no os iba a dejar sin la crítica de una de las mejores películas bélicas que he visto. Hoy os hablo de 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi (2016).
Solo se encuentra nominada a mejor sonido y es muy probable, que La ciudad de las estrellas (la la land) arrase llevándose la mayoría de estatuillas a las que está nominada. El film del que hablo, verdaderamente es una fuerte alternativa, ya que, gracias al sonido envolvente en pleno combate de guerra, hace que vivamos una de las mayores aventuras militaristas producidas en la gran pantalla.
En la dirección encontramos al californiano Michael Bay, reconocidísimo director de éxito por el cine de acción que acostumbra a dar al espectador. Él se ha encargado de la saga “Transformers”, aunque las más destacables sin duda, son “Pearl Harbor” (2001) y “Armageddon” (1998).
Centrándonos en la historia real de hoy, 13 horas nos habla sobre el ataque producido por fuerzas islamistas al consulado y edificio secreto de la CIA en Bengasi (Libia); ocurrido el 11 de septiembre de 2012, coincidiendo con el aniversario del ataque producido en las torres gemelas.
En el ataque, murieron cuatro estadounidenses incluido el embajador, aunque la historia se centra en el aguante que se tuvo hacia el ataque y el resto de operaciones que realizaron los Ex NAVY SEALS, contratados por la CIA, entrenados para responder ante cualquier peligro inminente.
La historia se centra en el ex marine Jack (John Krasinski), recién llegado a Bengasi, uniéndose al resto del equipo formado por Rone (James Badge Dale).
En el apartado visual, encontramos un terreno para combatir perfecto, en una representación muy realista de Libia y los parajes que allí se dan. Nos situamos ante una cinta en la que el espectador debe de estar preparado para encontrarse en tensión en los 144 minutos (que no se hacen largos) de duración.
Hay un realismo soberbio en la definición del significado de lo que es un operativo de guerra, mostrándonos la atmósfera asfixiante que se produce, envolviendo al espectador de lleno desde el inicio hasta el final.
Encontramos muy bien plasmada la crítica hacía la guerra, situando a ex militares, que como bien ellos definen, no saben porque se encuentran en aquella tierra que no sienten como suya, pero de alguna manera siempre acaban allí.
Se producen ciertos surrealismos por ambos lados para plasmar de lleno esta crítica, como el ver a estos marines jugando a juegos de guerra en sus consolas, cuando el combate se encuentra tan cerca, o por el otro lado, mostrar a los ciudadanos Libios hacer su vida tan cerca del conflicto, disfrutando de un partido televisado. En líneas generales, increíble el choque de culturas que se muestra.
No puedo acabar sin antes mencionar al personaje de Oz (Max Martini). En él encontramos la figura de patriota americano duro, un “Sniper” forjado a base de la propia guerra y que como el bien cita “Entré andando en este país y saldré andando”, frase que define a la perfección tanto al personaje como a la película.
En líneas generales, ESPECTACULAR y me quedo corto.