2 películas cubanas para Halloween
Cuba a lo largo de su trayectoria cinematográfica no se ha caracterizado por inclinarse al género de terror, nuestros títulos siempre han apostado por el cine social, como otros países de América latina, aun así os voy a proponer 2 películas cubanas para Halloween.
Juan Padrón rodó en 1985 el animado ¡Vampiros en La Habana! Que si bien no clasifica en el género, la mezcla de sátira política con los elementos vampíricos la hacían original.
Un científico vampiro ha creado el Vampisol, una pócima revolucionaria, que permite a los vampiros pasear bajo la luz del Sol. En cuanto la noticia llega a oídos de los grandes clanes de vampiros, todos viajan a La Habana para hacerse con el control de la fórmula: los estirados y siniestros vampiros europeos, y los mafiosos vampiros norteamericanos. Pepito, un trompetista, sobrino del creador de Vampisol, será perseguido por ambos grupos desde que se le encarga la custodia de la fórmula.
El director que siempre ha destacado por su particular sentido del humor, el diseño de los personajes y la visualidad de sus trabajos nos trae una alocada parodia sobre la figura de Drácula. La película se volvió de culto, incluso tuvo una segunda entrega que no logró superar a la anterior. ¡Vampiros en La Habana! además contaba con la música de Rembert Egües, la variedad de estilos aportan al diseño sonoro. Un animado para todas las edades, unos vampiros que nos hicieron reír muchísimo y que continua siendo referente en la isla.
En el 2011 Cuba se atrevió con un argumento de terror también en forma de sátira, esta vez con los zombies, Alejandro Brugués estrenaba Juan de los Muertos.
Una horda de zombis ávidos de carne humana asola las calles de La Habana. Se extiende el rumor de que los responsables de la situación son grupos al servicio de los Estados Unidos. El pánico se apodera de la gente; en medio de la confusión aparece una especie de héroe: Juan , que, con el eslogan “Juan de los muertos, matamos a sus seres queridos”, se ofrece a la gente para eliminar, por un módico precio, a sus familiares infectados.
Esta es quizás la primera película con sangre, muertos vivientes y gritos, ya no en forma de animación sino en acción real. La cinta no termina de funcionar porque su propia forma de manistream, el escaso presupuesto le restan credibilidad a la puesta en escena. Brugués deja siempre claro que le importa mas el humor y las referencias a la cotidianidad del cubano que lo terrorífico en si. A nivel interpretativo Alexis Díaz de Villegas, Jorge Molina y Andrea Duro tienden a exagerar demasiado sus actuaciones.
Tanto ¡Vampiros en La Habana! como Juan de los Muertos figuran en la historia del cine cubano como las únicas propuestas más cercanas al terror que conocemos.
