Boy in the pool

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Boy in the pool

Hay algo especial en el Cinema Jove: esa capacidad de abrirte puertas a películas que, de otra manera, se perderían entre el ruido. «Boy in the pool», ópera prima de Ryu Yeon-su y una de las nominadas a mejor largometraje en la sección oficial de este año, es precisamente una de esas joyitas que agradeces haber descubierto.

Premisa de Boy in the pool: la búsqueda de sentido desde la infancia

(Advertencia: a partir de aquí, puede haber pequeños spoilers sobre el desarrollo de la trama)

Seok-youn es una niña de doce años que se muda a un pueblo pequeño sin ganas, le gusta la natación porque cree que es buena (ganó un trofeo). El punto de inflexión llega cuando, tras una rabieta, se adentra en el mar y parece que va a ahogarse. Un chico, al que ya había visto de refilón en la piscina del pueblo, la divisa y la salva. A partir de aquí, vemos cómo poco a poco los dos se van acercando. Lo cierto es que al principio Woo-ju solo muestra resistencia, y parece que ella le resulta una pesada del copón, pero Seok-youn se empeña en que le haga caso y en conseguir que se apunte a las clases de natación con ella.

Al principio, ella se siente algo insegura con él y nota una especie de rivalidad, ya que ve que él es mejor nadador a pesar de ser un año menor. Esa competitividad, en principio sana, deriva en un cariño fraternal donde ella acaba pidiéndole que le llame «hermana mayor». Woo-ju termina abriéndose y deja de sentirse tan solo, hasta el punto de compartir su mayor secreto, algo que tendrá mucha repercusión en su futuro. La premisa parece sencilla, pero la ejecución es cualquier cosa menos convencional.

Cine coreano: entre la poesía visual, el costumbrismo y lo inusual

Desde el primer plano, la película deja claro que el cine coreano sigue teniendo esa magia para fascinar visualmente y, al mismo tiempo, construir historias que, aunque extrañas, logran tocar en lo más cotidiano. Hay una sensibilidad muy particular en la forma en la que Yeon-su retrata la soledad mezclada con el deseo de destacar, ese anhelo de encontrarle sentido a nuestra existencia. Lo hace jugando con silencios, miradas y una atmósfera extraña que te envuelve poco a poco.

No pude evitar acordarme de «Hierro 3» de Kim Ki-duk, tanto por el ritmo pausado como por ese aire de poesía visual. Aunque salvando las distancias, «Boy in the pool» no necesita grandes artificios para atraparte; lo consigue con pequeños detalles, gestos mínimos y una fotografía que convierte lo cotidiano en algo casi hipnótico.

La búsqueda de la identidad y el deseo de pertenencia

Al final, el tema central de la película es la búsqueda de la identidad y el deseo de pertenecer a algo. La mayoría pasamos por ello, o ¿quién no ha escuchado de pequeño aquello de «¿qué quieres ser de mayor?»? Necesitamos aferrarnos a algo para construir nuestra identidad.

Lo que suele pasar es que nos acabamos centrando tanto en aquello a lo que nos dedicamos (o queremos dedicarnos) que nos convertimos en eso y dejamos de fluir. Irónicamente, lo de fluir es muy literal en la película: los personajes se conocen nadando, y su relación evoluciona al ritmo de sus brazadas. Pero ese fluir se acaba: él se convierte en profesional, mientras que ella deja la natación tras ser rechazada por un ojeador. Durante años, ambos fluirán por separado, hasta que la vida los vuelva a cruzar.

Esa búsqueda de la identidad siempre viene de la mano de comparaciones, expectativas, motivación y fortaleza mental. No siempre podemos tener lo que queremos, ni siempre se puede compensar el talento con esfuerzo. Tampoco elegimos el talento que nos toca, así que no necesariamente seremos felices por explotarlo. Al final, vemos cómo ella se desanima y acaba algo perdida, sin una meta o trabajo estable, y ha dejado de nadar a pesar de que la hacía feliz.

Conclusión sobre Boy in the pool

En definitiva, «Boy in the pool» es una película que te gustará si eres de los que disfrutan con historias íntimas y poco convencionales, algo lentas, y que dejan espacio al espectador para rellenar huecos y pensar. Una de esas pequeñas joyas que justifican la existencia de festivales como el Cinema Jove y que, sin hacer ruido, se quedan contigo mucho después de los créditos.

LA NOTA DE FILMFILICOS

EN POCAS PALABRAS

Una película que te gustará si eres de los que disfrutan con historias íntimas y poco convencionales, algo lentas, y que dejan espacio al espectador para rellenar huecos y pensar.

4,5
Cine coreanoCinema JoveCinema Jove 2025DramaHyowooLee Min-JaeLee Ye-WonRyu Yeon-suYang Hee-Won
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Autor/a

@Iris_BM (AKA Iris Bas Mut)

Autobiografía: A veces veo cosas, otras juego a cosas y otras hablo de cosas (quizá demasiado). Prácticamente imperfecta en todo.

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