Cazafantasmas: Imperio Helado

Es difícil negar que, con el paso del tiempo, Cazafantasmas logró posicionarse como un clásico de los 80’s. Por eso la cultura de los Remakes y Reboots no podía resistirse a retomar la historia apelando a la nostalgia para conseguir el éxito. Acertar en estas cosas no siempre es posible, porque empatar la nostalgia con la modernidad tiene su dificultad. La muestra está en la versión de 2016 que recibió duras críticas por no ser ni de cerca lo que se esperaba. Afortunadamente en 2021, Jason Reitman hizo un trabajo mucho más acertado. Este año, el intento se centró en dar continuidad al trabajo de Reitman, pero esta vez de la mano de Gil Kenan con Cazafantasmas: Imperio Helado (2024), de la que les hablo en esta ocasión.

La familia Spengler está instalada en la ya famosa estación de bomberos en Nueva York, se enfrentan al problema de ser los aclamados Cazafantasmas pero destruyendo media ciudad en su intento de capturar espíritus monstruosos. Cuando un antiguo artefacto desata una fuerza maligna, los Cazafantasmas nuevos tendrán que unir fuerzas con los originales para proteger al mundo.

Aunque en general no me parece un mal trabajo, es cierto que hay muchos detalles que a mi gusto le quitan el encanto. En primera instancia, tiene problemas graves de guion, pues pierde casi la mitad de la película sobre explicando cosas demasiado obvias y queriendo dar un contexto que, si la memoria no me falla, ya se había dado en la película anterior, por lo que algunas partes se vuelven aburridas. Desperdician una buena oportunidad de crear el conflicto principal a partir de cosas que podían estar más ligadas con las películas originales. Y hay un par de detalles que parecen interesantes, pero luego se les olvidan y ya no vuelven a aparecer. Y, para colmo, los chistes son demasiado absurdos en prácticamente toda la película.

Hay por lo menos un par de personajes que sobran , no aportan nada, no son graciosos y si los quitan de la historia no se extrañarían. Mientras que otros, como el de Phoebe Spengler (Mckenna Grace), no sé si sea porque ya tengo mis años encima, pero me parece fastidiosa y absurda. Por otro lado Callie, (Carrie Coon) hasta me parece un tanto tonta y sin un lazo real con el resto de personajes a pesar de que es la madre de familia.

Ahora en la parte visual, no puedo negar que es un buen espectáculo, sobre todo hacia el final, pero eso sí se siguen sosteniendo de recursos demasiado conocidos, sus fantasmas siguen siendo casi los mismos que ya conocemos, por lo que también pierden la oportunidad de sorprender lo suficiente.

En general Cazafantasmas: Imperio Helado, para pasar el rato no está mal, entretiene y sigue estando en sintonía con la nostalgia, pero recomiendo que no vayan a verla con demasiadas expectativas, porque no consigue estar a la altura de las cintas ochenteras y tampoco llega a igualar los aciertos de Cazafantasmas: Más allá.