La gran estafa americana

La gran estafa americana no se tenía muy en cuenta para la carrera a los Oscar hasta que durante la pasada edición de los Globos de Oro saltó la sorpresa y el título empezó a sonar con fuerza.

Finalmente diez han sido las nominaciones que ha acumulado para el citado certamen liderando por encima de las demás junto a Gravity de Alfonso Cuarón.

Después de ver La gran estafa americana dos son los hechos que revolotean sin cesar por la mente de quien escribe.

El primero de ellos coge la forma, más bien indeseable, de un juego de palabras y conceptos ciertamente ineludibles. La palabra “estafa” del título en español retumba incesantemente en la cabeza, pues esa es la sensación que se te queda después del visionado.

Esta sensación nos lleva al segundo de los hechos y es que hace reflexionar sobre cuál es el motivo por el que finalmente la película ha recibido tantas nominaciones; éstas son realmente las culpables de que el regusto a timo se quede en el cuerpo.

A La gran estafa americana le ha pasado lo que a muchas, que tanta alabanza y comentarios la han hinchado exageradamente y un producto que era algo normal y pasable, se ha convertido en otro que crea un cierto poso de decepción.

La película argumentalmente hablando no tiene mucho más David O. Russell (El lado bueno de las cosas) narra la historia de unos timadores, Irving Rosenfeld y Sidney Prosser, que son reclutados por un agente del FBI para, a través de ellos, lograr atrapar a altos cargos de la política y de la mafia.

Así nos encontramos ante una especie de mezcla entre películas como Casino, Uno de los nuestros o Ocean’s Eleven (salvando las distancias), por poner algunos ejemplos pero que contrariamente a las citadas no logra atrapar en casi ninguno de sus aspectos.

Lo único destacable son las interpretaciones, trabajo por el cual todos los actores principales han recibido sendas nominaciones. Remarcar entre ellos las geniales apariciones de Jennifer Lawrence quien convierte en oro puro cada una de sus escenas y termina por convertirse en un fuerte puntal en lo que a la atracción hacia los personajes de la historia se refiere.

No quiero confundir, La gran estafa americana es un producto que se deja ver pero sin más. Veremos que ocurre finalmente en la entrega de premios.