No puedes comprar mi amor
Vuelvo a mis películas ochenteras para presentaros una auténtica joya “No puedes comprar mi amor” protagonizada por un jovencísimo Patrick Dempsey (Anatomia de Grey) y Amanda Peterson. En la película se cuenta la historia de Ronald, un chaval que entre clase y clase trabaja cortando el césped y que vive locamente y secretamente enamorado de Cindy, la jefa de las animadoras que, como es de esperar en este tipo de películas, ni se fija en él al ser un friky y ella la chica popular.
Pero todo cambia cuando a ella se le mancha un vestido que había “robado” a su madre y él la pide que finja ser su novia para que sea popular y a cambio le deja los 1000 dólares que cuesta el vestido nuevo para que su madre no la descubra. Y será aquí donde empieza la historia de amor.
Por si lo estáis pensando, tenemos que decir que sí, que es la típica historia de chico inadaptado logra que la chica popular se enamore de ella, todo con un poco de cambio de look, pero estamos hablando de los ochenta así que veremos música insuperable y estilos de ropa inolvidables.
Como he dicho todas las películas de los ’80, incluido No puedes comprar mi amor, se caracterizan por bandas sonoras que se te quedan grabadas y de momentos que, sin duda, se nos quedan en la retina y no se olvidan, porque ¿quién no querría que el chico que te gusta te vaya a buscar a tu casa montado en su cortacésped?
Patrick Dempsey hace un fantástico papel en el que te va a resultar difícil reconocer al mejor doctor que ha tenido Anatomia de Grey, y Amanda Peterson hace del típico papel de chica tonta pero que logra comprender el bando no tan popular para enamorarse de un chico que nunca imaginó enamorarse.