Noticias del gran mundo
Dado que en el último tiempo he cultivado una pequeña afición a los westerns más modernos, el ver que el estreno de uno nuevo era inminente no hizo más que aumentar mi ilusión, y más con los nombres que habían delante y detrás de las cámaras. Desafortunadamente, los sentimientos se han quedado en una mera ilusión. Os hablo de Noticias del gran mundo.
Basada en la novela homónima de Paulette Jiles, la acción se sitúa en Texas durante los años posteriores a la Guerra Civil estadounidense. El capitán Jefferson Kyle Kidd viaja entre pueblos con el objetivo de leerle las noticias de lugares lejanos que encuentra en los periódicos a la población. En uno de sus viajes se encuentra con Johanna, una niña que fue alejada de su familia y criada por la tribu india de los Kiowa, por lo que Johanna ha adoptado sus costumbres. Sin embargo, Johanna debe volver con su familia, o al menos la familia que le queda, y será misión del capitán devolverla a su hogar con sus tíos. Pero el viaje de regreso será largo y ambos deberán enfrentarse a todo tipo de peligros por el camino.
No hay duda de que tan solo con leer la sinopsis uno está ante un western de aparente corte clásico. Pero lo cierto es que por sus decisiones artísticas cuesta verlo como tal. Uno puede entender que al abordar este género los paisajes tengan que parecer amplios y normalmente áridos, en concordancia con las duras pruebas que deberán pasar los protagonistas. Sin embargo, cuando se abusa de una tecnología tan contemporánea como pueden ser los planos hechos con drones, se expulsa al espectador del contexto en el que se le está tratando de ubicar. Es un recurso que para hacer gala de la amplitud de las localizaciones de forma puntual puede resultar muy útil, pero si abusa de él se consigue el efecto contrario.
Se echa también de menos un poco más de suciedad en lo visual, que si bien las recreaciones de la época en cuanto a dirección artística y vestuario son notables, falta un pequeño toque de suciedad añadida para que la escenografía no luzca tan nueva. Incluso sin llegar tratarse del western más turbio como es el caso, se echa en falta esa pequeño detalle que la haría ganar exponencialmente. De hecho, resulta paradójico que cuando más luce la fotografía sea durante las escenas nocturnas, donde sí se puede apreciar cierta textura más áspera en la pantalla acompañada de los tonos más cálidos a la luz de las lámparas. Y merece una mención especial el trabajo de James Newton Howard en la banda sonora, que se ajusta con todos los matices a cada escena, tanto que es capaz de engrandecer las imágenes.
Al estar Paul Greengrass dirigiendo la película, uno también podría esperarse unas secuencias de acción y suspense que cuanto menos tuvieran al público al borde de su asiento mordiéndose las uñas. Y es verdad que la cinta contiene algunas escenas muy potentes en lo que a suspense se refiere, pero quedan muy lejos de los grandes trabajos del director. De hecho, hay ocasiones en las que no se termina de ver con toda la claridad como se desarrolla la acción. Y aunque la historia se mantiene a flote gracias al vínculo que se va formando entre el capitán y Johanna, pasa por todos los lugares comunes del género sin que estos sean los suficientemente memorables, salvo quizás por la labor de narrador que desempaña el propio capitán.
Tom Hanks resulta muy creíble para esta clase de papel. El veterano actor es conocido por sus roles en los que ha encarnado a personajes bondadosos en terrenos hostiles donde sin pretenderlo se ve obligado a ser el héroe de la historia, y este caso no es ninguna excepción a la regla. Trasmite muy bien esa seguridad y ese respeto tan necesarios para llevar a cabo su misión. Pero Helena Zengel no se queda atrás. Si la niña demostró en System Crasher ser una fuerza de la naturaleza aquí lo reafirma. Tiene justificados sus momentos rabietas y desobediencia, pero donde más brilla es a través de los silencios y tiene el grandísimo mérito de no hacerse más pequeña ante un actor como Hanks, sino de mantenerle el tipo de forma muy digna creando un bello vínculo paterno filial.
Al final uno se queda con la sensación de que todo es correcto cuando podría haber tenido un potencial mucho más grande. Pero al no decantarse por la vertiente más clásica ni tampoco por la más contemporánea, se queda en una extraña tierra de nadie donde lo más rescatable acaban siendo las interpretaciones del dúo protagonista. Aunque si se es muy fan del género, lo más probable es que se haga disfrutable.