Tomb Raider (2018)
Para la anterior generación de videoconsolas, Lara Croft cambió su enfoque de aventuras plataformeras por la supervivencia. Curiosamente se asemejaba a los videojuegos de Uncharted, una saga que bebió bastante de la exploradora de tumbas. En Hollywood pensaron que en el cine también requería una puesta a punto, pues sus anteriores adaptaciones eran muy hijas de su tiempo. De esta manera llegó Tomb Raider (2018), película que aquí desgranaré tras una breve sinopsis.
Años después de que desapareciera su padre, Lara Croft (interpretada por Alicia Vikander) vive al borde del peligro y la ilegalidad. Tras su ultimo encontronazo con la ley, Ana Miller (Kristin Scott Thomas), asociada de la empresa Croft Holdings, insta a Lara a aceptar la herencia de su padre por la posible liquidación de esta. Lara descubre que su padre dejó a buen recaudo su investigación sobre el posible paradero de la reina Himiko, quien se decía que tenia control sobre la vida y la muerte. Esto podría que esclarecer las condiciones de la desaparición de Richard Croft (Dominic West), y su hija no puede rehuir de esta misión.
Tiene un muy buen aspecto gráfico. Ya no solo en la puesta en escena y fotografía, si no también en decorados y efectos especiales. Bien es verdad que de la ultima entrega a ésta pasaron 15 años, pero creo que no son siquiera comparables en su apartado visual. Y es que Tomb Raider (2018) hace gala de mejor gusto en ese aspecto. La banda sonora por su parte, sin ser demasiado excelsa, cumple con creces. Las piezas musicales dan sensación de aventura de verdad, lo cual ayuda a la inmersión.
Aunque en el reparto encontramos a buenos profesionales de la talla de Dominic West o Walton Goggins, la que lleva perfectamente todo el peso interpretativo es Alicia Vikander. Pues da vida de manera soberbia a una Lara Croft al principio de su carrera como aventurera. Dirige todo esto Roar Uthaug, el cual ha hecho una genial labor a la hora de adaptar un videojuego que necesitaba una revisión también en cine.
Y es que la historia es muy sólida, algo que también sale ganando respecto a sus anteriores adaptaciones. Pues creo que centrarse en una que ya está escrita y versionarla hasta cierto punto conlleva mejor resultado que crear una nueva para la ocasión. Bien es verdad que el principio puede parecer algo lento, pero pronto coge un ritmo endiablado y hace que no despegues los ojos de la pantalla. También agradezco enormemente que se hayan dejado de flipadas cargadas de testosterona de principios de 2000, porque me cargaban bastante y me sacaban de la película.
En definitiva, Tomb Raider (2018) es una necesaria puesta a punto de la saga con motivo de su reboot en videoconsolas que nos deja una aventura frenética. Me gusta también que sea una de las pocas películas que se puede desmarcar de ese estigma de que no hay adaptación al cine de videojuegos buena.
Llega un momento en el que tenemos que dejar de mirar atrás y afrontar quiénes somos y quiénes estamos destinados a ser.
