Toro
Repasando la lista de las películas que he comentado, me he dado cuenta de que no he escrito sobre ninguna película española desde que comenzó 2016. Es raro pensando en todos los importantes estrenos y festivales que ha habido estos últimos meses. Así que he decidido que me voy a dedicar en las próximas semanas a nuestro cine. Inauguro este “especial cine español by SilviaLT” con Toro, una película que se presentó en el pasado Festival de Málaga y que aún podemos ver en la cartelera de muchos cines.
‘Toro’ es el segundo largometraje de Kike Maíllo y está protagonizada por Mario Casas, Luis Tosar y José Sacristán. Es una apuesta de acción arriesgada que mezcla distintos estilos como el thriller y el drama. Toro y López (Mario Casas y Luis Tosar, respectivamente) son dos hermanos que trabajan para Romano (José Sacristán), un peligroso mafioso a quien consideran como un padre. Toro decide que quiere cambiar de vida y dejar el negocio sucio pero su último trabajo sale mal y Toro acaba en la cárcel. Tras cinco años de condena, Toro lucha por dejar atrás su mala vida y tener una vida normal. Está a punto de lograrlo y conseguir la condicional gracias a su buen comportamiento, pero todo se complica cuando López acude a su casa a pedirle ayuda porque su hija ha sido secuestrada por los hombres de Romano. Esto inicia una guerra de 48 horas entre los dos hermanos y Romano. La violencia es una gran protagonista de ‘Toro’ y las escenas de acción son continuas. Persecuciones de coches, tiroteos y peleas, muchas peleas, abundan en la película sin remilgos.
La estética es la de la España cañí, sobrepasando la barrera de lo hortera en ocasiones. Solo hay que ver las pintas de Luis Tosar. La película se desarrolla en la Costa del Sol andaluza, mostrando corrupción económica y moral. Toro parece ser el único personaje leal cuya personalidad mezcla bondad y piedad con bravura y violencia. Para este papel, Mario Casas adopta una condición física a la altura de este animal, con movimientos secos, bruscos y fuertes. Romano, por su parte, es todo lo contrario: metódico, rencoroso y cruel. Es un ferviente creyente que talla imágenes religiosas y que mata a sus enemigos con una pica.
Para mí, lo peor es el guión lleno de estereotipos y cuyos conflictos son básicos y previsibles. Lo mismo pasa con el final. Se ve venir cómo va a acabar, siendo un final casi feliz que rompe la dinámica de la película.