Ahora si que entramos en la semana más emocionante del año, ¡Navidad!, y por ello os voy a hablar de otra de esas películas que nunca faltan en mi repertorio navideño.
Vaya Santa Claus (The Santa Clause, 1994) es una película protagonizada por Tim Allen (Toy Story, Un chapuzas en casa), en la que interpreta a un hombre de negocios un tanto obsesionado con su trabajo, tanto que prácticamente no hace caso a su hijo Charlie (Erik Lloyd), en la noche de Navidad Charlie escucha un fuerte ruido en la casa y rápidamente sale a ver qué ocurre junto a su padre Scott, cuando descubren que ese ruido es el mismísimo Santa claus, Charlie se emociona, pero su padre muy escéptico, piensa que es un ladrón. Vayamos al grano porque si no la habéis visto, más o menos os podéis imaginar lo que ocurre en este momento… Scott coge el traje de Santa y por arte de magia se convierte en él.
Reconozco que es una película bastante previsible, un tanto «mala» vista años después, pero como siempre digo, este tipo de cintas da ese toque de nostalgia necesario en estas fechas.
Tuvo varias continuaciones, una peor que la otra hay que decirlo, porque segundas partes nunca fueron buenas y si ya la primera es regular, imaginaros las demás.
