Las escalofriantes aventuras de Sabrina
Hace tiempo, cuando me enteré de que alguna mente inquieta había tenido la idea de hacer una serie remake de “Sabrina, cosas de brujas” (1996) bajo el nombre de Las escalofriantes aventuras de Sabrina, sentí una gran nostalgia porque crecí con aquella serie noventera en la que una chica en plena adolescencia nos hacía reír y, además, nos hechizaba con sólo señalar con su dedo índice.
Esta serie, aunque fue bastante popular, no llegó a ganarse el corazón de todos los espectadores adolescentes de su época, pues su comedia simple y aniñada llegaba a resultar poco atractiva; quizá por eso la idea de un remake que pudiera ser del agrado de las nuevas generaciones y que además logrará volver a atrapar a los fans, sonaba bastante complicado.
He de decir que esta nueva versión de las aventuras de Sabrina Spellman me ha sorprendido gratamente y no sólo a mí pues, después de haber degustado la primera temporada de esta serie, la mayoría de las críticas han ido a favor. Todo gracias a que, en lugar de hacer una copia de la serie noventera, esta historia ha tomado su propio camino desde el principio basándose en “Chilling Adventures of Sabrina” de Archie Comics. Las únicas similitudes que hay entre ambas series son los nombres de los personajes, la orfandad de la protagonista y el tema de la magia.
La historia de Las escalofriantes aventuras de Sabrina comienza cuando Sabrina está por cumplir 16 años y, llegado ese momento, tendrá que elegir entre el mundo de los mortales o el mundo de la magia y la inmortalidad como bruja; negándose a abandonar su dualidad, se convierte en una rebelde que decide pelear por su doble vida lo que desata enredos, conflictos y brujerías en todo Greendale.
Su protagonista, Kiernan Shipka, está acompañada por un elenco conformado por Ross Lynch, Lucy Davis, Chance Perdomo, Michelle Gomez, Jaz Sinclair, Tati Gabrielle, Adeline Rudolph, Richard Coyle y Miranda Otto; cuyas actuaciones son bastante buenas y atrayentes. Además, la historia está plagada de terror y hasta el mismísimo satanás hace su aparición en pantalla.
La ambientación y caracterización de sus personajes son totalmente adecuados para la trama, generando un ambiente lúgubre que no deja de lado los conflictos juveniles y hasta tiene su toque de comedia en la medida justa. Dentro de Las escalofriantes aventuras de Sabrina, podemos observar todo tipo de tópicos entremezclados de manera muy armónica, como problemas familiares, feminismo, parodias religiosas y hasta críticas a la discriminación.
Otro punto destacable de esta producción son los guiños que sus productores Craig Forrest, Ryan Lindenberg y Matthew Barry, hacen a películas como El exorcista (1973), Carrie (1976), Pesadilla en Elm Street (1984), The Witch (2015), entre otras.
Pero claro que no todo puede ser magia y felicidad, pues también tiene sus puntos débiles como el hecho que seguramente todos los fans de la serie noventera lamentamos enormemente y es que Salem, el gato negro carismático que enganchaba tanto, no habla y ni siquiera tiene una participación importante, es más podría parecer que sólo entró de relleno.
Aunque es una buena historia da la sensación de que la introducción se alarga tanto que dura toda la temporada, pues parece no avanzar demasiado, aunque hay que poner atención porque puede ser parte de la estrategia. Como parecen serlo también las provocaciones a la religión con el tema de lo satánico y las escenas violentas que se muestran que seguramente ya están dando mucha tela para debates, quejas y la protesta de las mentes sensibles.
Sin duda, Las escalofriantes aventuras de Sabrina es una serie que ya ha causado y seguirá causando polémicas. Queda recordar que está próximo el estreno de la segunda temporada a través de Netflix, así que será bueno no perderle la pista a la historia de esta terrorífica bruja.
