Podrás perdonarme algún día?
Representar una obra que, en cierta medida, retrata escenas de la vida real no es sencillo, pues no siempre se consigue atraer la atención de un público que día a día exige más emoción y contundencia en lo que mira en la pantalla grande.
El trabajo de la directora Marielle Heller se puede contar entre los casos de éxito, pues a través de “¿Podrás perdonarme algún día?“ consigue transmitir la historia de Lee Israel (Melissa McCarthy), una escritora que tras haber tenido un poco de éxito con un par de biografías que lograron ser Best Seller, cae en un periodo de bloqueo creativo provocado por su resistencia a adaptarse a las nuevas ideas y tendencias de su época.
Fruto de su poca popularidad, Israel comienza a tener serios problemas económicos lo que la lleva a falsificar cartas de autores famosos fallecidos para comercializarlas entre coleccionistas, teniendo como cómplice a su único amigo, Jack (Richard E. Grant). La película está basada en las memorias homónimas de la propia Lee Israel publicadas en 2008.
A pesar de tener algunos puntos débiles como el hecho de que en algún momento se llega a sentir un poco larga, no estamos hablando de una película simple pues es una producción bien sustentada.
Empezando por el guion escrito por Nicole Holofcener y Jeff Whitty, quienes consiguen un retrato sobrio que no se permite caer en sentimentalismos, generando un drama que no pierde en ningún momento el sentido del humor. Esto le ha valido la nominación a los Oscars 2019 en la categoría de mejor guion adaptado.
Una segunda nominación que ha sorprendido a la crítica, es la que se adjudica Richard E. Grant como mejor actor de reparto interpretando a un amigo confidente y poco convencional, un cómplice que no pide demasiadas explicaciones y que resalta de entre la sociedad como aquel que no tiene la necesidad de juzgar y criticar, lo que se logra percibir gracias a la actuación de Grant.
Pero quien se lleva la película es Melissa McCarthy, quien también está en las ternas de los Oscars en la categoría de mejor actriz. Y es que se mete completamente en la piel de su personaje, propiciando una inevitable empatía con Lee Israel y su delito. McCarthy da un paso un poco lejos de su zona de confort en la comedia y se convierte en una mujer solitaria y descuidada a la que no le agrada mucho la gente, totalmente alejada de los convencionalismos de lo femenino y que tiene su propio sentido del humor un poco ácido, un poco a la defensiva y que se apoya en las habilidades humorísticas de la actriz.
Como película biográfica, cumple con cada punto de la receta de efectividad, desde la entrada del inevitable “basado en una historia real”, hasta las notas aclaratorias al final que no son precisamente necesarias y sólo aparecen para funcionar como comillas del contenido del film, lo que hace aún más destacable la producción, pues a pesar de eso, se logra una historia interesante y entretenida que puede llegar a ganarse un lugar entre las preferencias del público.
