Antes de que James Gunn se convirtiera en el tipo que nos hizo encariñarnos con un mapache armado hasta los dientes o que ahora dirija el nuevo universo cinematográfico de DC, tuvo una etapa… más pegajosa. Y es que Slither: La plaga (2006) fue su primera película como director, un homenaje grotesco y divertido al cine de serie B que ahora forma parte del especial Filmfilloween 2025. Porque sí, antes de los superhéroes, Gunn jugaba con babosas mutantes, vísceras y humor negro.
De qué trata la película
Slither: La plaga nos sitúa en un tranquilo pueblo estadounidense donde un meteorito cae trayendo consigo un parásito extraterrestre con muy malas intenciones. Grant Grant (sí, se llama así), interpretado por un inspiradísimo Michael Rooker, se convierte en el huésped del organismo y poco a poco empieza a transformarse en algo que ni su mujer Starla (Elizabeth Banks) podría reconocer. Desde ahí, la infección se propaga por todo el pueblo, con babosas invadiendo cuerpos y una creciente sensación de caos que combina terror, comedia y un toque de ciencia ficción muy de los 80.
Entre los personajes más destacados también encontramos al sheriff Bill Pardy (Nathan Fillion), un héroe tan torpe como entrañable, y a un buen número de secundarios que parecen sacados de una mezcla entre La noche de los muertos vivientes y Temblores. Gunn juega con todos los clichés del género, pero lo hace desde el cariño, demostrando que, aunque el humor y el horror parezcan enemigos naturales, pueden convivir perfectamente… siempre que haya suficiente moco de por medio.

Reseña de Slither: La plaga
Ver Slither hoy es asomarse a la mente de un director que aún no había sido devorado por los grandes estudios, y eso se nota. Hay una libertad creativa que se agradece, una sensación de estar viendo algo hecho por un fan del cine de monstruos que, simplemente, quiere pasárselo bien. No hay grandes pretensiones, pero sí mucho oficio y una mezcla de géneros que funciona mejor de lo que uno esperaría.
Lo curioso es que, más allá del humor y el gore, Slither también habla del miedo a perder el control (del cuerpo, de la voluntad, de la comunidad). Y en cierto modo, si uno se lo piensa, tampoco estamos tan lejos de eso: vivimos invadidos por pantallas, notificaciones y algoritmos que se nos meten dentro sin que nos demos cuenta. Si Gunn hubiera rodado esta historia hoy, igual las babosas serían aplicaciones.
Slither: La plaga es una comedia de terror de las que ya no se hacen: desvergonzada, divertida y con una cantidad generosa de vísceras prácticas (nada de CGI barato). Puede que no dé miedo, pero entretiene como pocas. Es el tipo de película que se disfruta con palomitas, luz apagada y un poco de asco divertido. En definitiva, una joyita viscosa que demuestra que antes de los guardianes… Gunn ya sabía bien cómo hacernos disfrutar del caos.












