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A ciegas (Bird box) | Filmfilicos
Bird box, una jaula encuadrada de analogías de la vida

No es una película de terror al uso, ni de suspense ni de nada en concreto, y por eso muchos  la critican. Por eso, y por no tener un final cerrado ni cumplir con algunas expectativas del género.

Nos encontramos con unos “monstruos” sin rostro que simplemente consiguen que la gente reviva cosas que no molan (traumas, fobias…) y les haga enloquecer de tal manera que se suicidan, a veces llevándose a gente por el camino (como en la vida misma). Ese “mal” que está causando el fin del mundo no es más que la suma de los “males” de tod@s juntitos.

(A partir de aquí hay spoilers, avisad@ quedas)

bird_box-860040347-largeEn el centro de la trama nos encontramos a Malorie (Sandra Bullock), una artista desencantada con la vida que no consigue conectar con nadie. Está embarazada, pero no está nada segura de querer traer un niño al mundo (ya que no le gusta mucho) ni de querer ser madre. La única conexión que tiene en su vida es su hermana, encarnada por Sarah Paulson, que al principio de la película la acompaña al médico a revisar a la criaturilla. Fin de la introducción.

Poco después, todo el mundo empieza a volverse loco y Malorie pierde a su hermana. Se queda sola en un mundo que, si ya estaba jodido antes, pues ahora ni te imaginas: embarazada, jodida y pisoteada (esto último literal)… ¿igual un poco así se sienten las madres solteras?

Por suerte (o no), una mujer sale a ayudarla y meterla en su casa, mira a las “cosicas que te vuelven loco” y muere a la barbacoa. Malorie se mete en la casa del marido de su salvadora, que obviamente la va a odiar, pero no pasa nada porque es un odiador (además con la cara de un John Malkovich sin pelo). En unos minutos se juntará el grupo de supervivientes que dará lugar al núcleo de la función, y en esta parte viviremos unos momentos que nos recordarán a muchas otras cosas: The Walking Dead, Lost… (rellena con muchas de las otras referencias cinematográficas/televisivas con grupos de supervivientes y apocalipsis).

Y bueno, a partir de aquí es cuando se pone todo mucho más interesante, donde se desarrolla el personaje principal. Entre el grupo nos encontramos con otra embarazada, pero esta totalmente distinta a la protagonista: ingenua, dulce y consentida (lo de los personajes opuestos es un recurso muy, muy manido, pero vale); una mujer tradicional que solo quiere volver a casa con su marido, ser felices y comer perdices. Malorie, sin pareja, embarazada, insegura de ser madre y con una infancia complicada… bueno, pues nada, se hacen amigas y la consentida le pide a la “fuerte” que si le pasa algo cuide de su hija. En ese momento cualquier  espectador avispado ya sabe lo que va a pasar.

Malorie, en vez de tener un hijo, tendrá dos a su cargo. Lo mejor del fin del mundo es que por fin encontrará una conexión amorosa que parecía no haber podido encontrar en un mundo en condiciones normales. Vivimos una elipsis temporal de 5 años, años en los que se han dedicado los cuatro supervivientes a vivir como una familia posapocalíptica “normal”. Pero Malorie no es una ingenua y se ha mantenido tan ocupada cuidando de todo que ni siquiera ha tenido tiempo de poner nombre a los dos niños, simplemente les llama chico y chica (boy and girl). Esta es otra de las muchas analogías con la vida real de las madres modernas, mujeres que no tienen tiempo para sí mismas, multitareas, y que se preocupan por todo y por tod@s.

A ciegas

Pero este no es el único motivo por el que no les ha puesto nombre. Tampoco le encuentra mucho sentido a poner nombre a dos personas que no sabe si van a sobrevivir, porque ella no sabe si podrá hacerlo y tampoco sabe si ellos podrán hacerlo sin ella. Problema de toda madre real, motivo por el que replantearse ser o no ser madre.

El miedo es el dolor más poderoso. Cuando tenemos dudas tenemos miedo, y al final esta película solamente va del miedo: del miedo a ser madre, del miedo a dejarse llevar, del miedo  a que te hagan daño (a no conectar). ¿Y qué pasa cuando una película supuestamente de miedo va sobre el miedo en sí mismo?  Pues que el miedo es invisible, porque para cada persona el miedo es una cosa diferente.

Y ya para seguir con más analogías tenemos el viaje de la madre y sus cachorros, a ciegas en una barca llena de obstáculos. La meta es la felicidad: en este caso, llegar a un refugio.

“Creo que esta película finalmente muestra a las madres y de lo que son capaces de hacer por sus hijos.”

Sandra Bullock , Hollywood Reporter

Todos los años de entrenamiento para la prueba final: remar con los ojos vendados, aguas bravas, loc@s a los que les gusta “ver el miedo”… Todo una ironía en sí misma porque es un sacrificio que Malorie nunca habría hecho si estuviera sola.

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