Nicole Kidman siempre me ha gustado.
Antonio Banderas siempre me ha gustado.
Los thrillers y dramas eróticos siempre me han gustado.
Pero… Babygirl es otra cosa.
Halina Reijn nos seduce con un thriller/drama erótico audaz, inteligente y, a mi parecer, cercano a la perfección. Babygirl era para mí la película ganadora del Festival de Venecia. De hecho, lo es ante mis ojos, con todo el respeto de mi amor cinematográfico, Almodóvar.
Babygirl es una telaraña de deseo, control, poder, sexualidad y consentimiento como bien lo destaca Kidman en la rueda de prensa del filme. Es una película que me removió por completo en el mejor de los sentidos a pesar de estar en un estado de perturbación durante toda la película -y por muchas horas después de haberla visto-. Fui incapaz de escribir sobre ella en su momento, simplemente porque no sabía por dónde empezar ya que no pude descifrar lo que sentía.
La obra es completamente controversial. Durante el festival escuché excelentes críticas y otras pésimas, pero no dejó indiferente a quien la vio. A pesar de estar pegada a mi silla, literalmente con los músculos de mi cuerpo contraídos, en estado de alerta y rogando porque terminara para sacudirme dicha sensación del cuerpo, al terminar, aplaudí como en ninguna otra película en todos los festivales asistidos y me pregunté a mí misma por qué no se me ocurrió a mí escribir y dirigir exactamente esa misma película.

Los temas que abarca, esa tensión que indiscutiblemente hace sentir durante toda la película, las perfectísimas actuaciones, la increíblemente bizarra dinámica entre sus dos protagonistas, Nicole Kidman y Harris Dickinson, el balance psicológico que de alguna manera representa el personaje de Banderas, los diálogos irreverentes de la hija mayor… Todo, todo, todo en esta película está muy bien pensado y aún mejor ejecutado.
Por supuesto, esta película viene de la mano de A24, que, a mi parecer, nunca se equivoca.
Kidman fue la ganadora de la Copa Volpi como Mejor Actriz, premio que se otorga a la mejor interpretación de las películas en competencia dentro del marco del Festival de Venecia, y es que no podía ser de otra manera. Kidman, a sus 57 años, se arriesga con un papel extremadamente provocativo, peligroso y excitante.
El plot va de una mujer, CEO de su propia compañía, madre de dos hijas y esposa, quien no se encuentra satisfecha sexualmente, no por la falta de pasión o de conexión con su esposo, sino porque sus deseos y pulsaciones van mucho más allá de lo imaginable y predecible. Más que ser una experiencia intensa visualmente, lo es en su storytelling. Además de abordar temas que siempre han sido expuestos desde la perspectiva del hombre como la satisfacción y el placer de la mujer.
La conexión que establece con animales y la dominación son las puntas del iceberg de traumas que se nos muestran por flashes, no se nos muestran abiertamente en ningún momento; esto hace que sea aún más interesante el imaginar y suponer lo que está ocurriendo, ya que nuestra imaginación puede llegar a ser más perversa que lo que realmente ocurre.
Para mí, se trata de una cuestión de desviaciones y perversiones sexuales tremendas que son socialmente condenadas y que el personaje de Kidman, al fin, puede compartir con alguien que parece tener perversiones similares pero moldeadas por su género. El hombre ha buscado siempre dominar, pero en esto caso, la mujer no es víctima de esa dominación, sino que es capaz de controlarla por completo, incluyendo la humillación. “Si quisiera que me humillen, pagaría por ello”, sencillamente sublime.
Esta obra va más allá de un tributo a la mujer, va más allá del elogiarla por haber sido escrita, dirigida y co-producida por una mujer, va muchísimo más allá del género. Va de la compleja psicología humana, de las misteriosas capas de la sexualidad, de la incomprensible debilidad carnal tejida con los traumas que nos han marcado desde la infancia y que moldean irremediablemente nuestros deseos. Este film es una obra maestra inteligente, que espero, se trate por lo que es sin caer en cuestiones de género. Lo único que quisiera señalar en este tema es que por fin se nos muestra un personaje femenino así, que existe en la vida real, y que puede ser igual o más desviado que un hombre. Pero de resto, es la pura esencia del ser humano, sin importar nada más. Y su directora y escritora lo plasman deliciosamente bien.
** Imagen de cabecera: © Fotograma obtenido de la película «Babygirl»