Castlevania
Una de las sagas con más solera de las consolas (y una de mis favoritas ¿por que no decirlo?) ha sido llevada a serie de animación por cortesía de Netflix. El anuncio de este proyecto se hizo público hace un par de meses y de manera fortuita ya está disponible toda su primera, pero muy corta, temporada. Esto me viene de perlas como estreno para críticas de series y películas de animación para este blog, que llevo tiempo queriendo hacerme el ánimo. Así que aquí os dejo mi humilde opinión, después de un breve resumen de la trama, claro.
En un pueblo de la región de Wallachia es quemada una mujer acusada por el uso de la brujería. Esta era la esposa de Vlad Drácula Tepes (a quien pone voz Graham McTavish), y esa brujería no era más que ciencia de los manuscritos que su marido había acumulado en su larga vida. Un iracundo Drácula aparece ante el pueblo advirtiendo que les da un año para que se abandone esa obcecada fe de la que se sienten tan orgullosos. Pero al pasar el tiempo establecido los habitantes de esta región no han abandonado sus creencias, y Vlad descarga sus huestes por todo el territorio. En medio de todo este caos pero en otro pueblo de la misma región se encuentra un joven que puede ser la solución a este sometimiento tenebroso; se trata de Trevor Belmont (Richard Armitage), su familia se ha encargado de limpiar estos territorios de toda clase de bestias, y Drácula no será la excepción.
Visualmente su estilo de animación luce bastante bien, el problema es que sus escenas de acción parecen demasiado estáticas, lo cual no ayuda al dinamismo de la misma. La banda sonora recuerda a muchas entregas de la saga, en concreto cuando dio el salto a las aventuras 3D en consolas más potentes de la que la vio nacer. Eso si, he echado de menos el tema central tan mítico de toda la saga de juegos, aunque fuera solo de manera de guiño.
Al ser una serie de animación no hay actores, pero como parte de un proyecto llevado a cabo en EEUU si se han contado para las voces de los personajes con actores conocidos en cierta medida. Así pues tenemos, entre otros, a Richard Armitage (que lo conoceréis de El Hobbit) prestando de manera magistral su voz a Trevor; y Graham McTavish (de Preacher) cuya profunda voz le va a la perfección a Drácula. La dirección corre a cargo de Sam Deats y el guión a cargo de Warren Ellis (que es guionista de comics), y ambos han adaptado el juego de Castlevania III: Dracula´s Curse con bastante acierto en su primera temporada.
La serie es bastante bruta, y esto es algo que no le va mal, ya que recordemos que viene de un videojuego cuyo personaje se dedica a matar bestias de todo tipo. A esto también hay que añadirle el lenguaje soez que está presente en casi cada palabra que articula Trevor. Con ello nos deja una visión general bastante desinhibida y es de agradecer. Los 4 capítulos que dura esta primera temporada han sido suficiente para incluir toda clase de guiños a la saga. Y no solo a esta, si no también a Juego de Tronos, pues, aparte de colarse en el segundo capítulo la espada que porta Jon Nieve, la serie bebe bastante en lo referente a las familias o casas. Otro de los alicientes a verla, y en mi opinión es de lo mejor de la serie, son las apariciones de Drácula y sus huestes; un despliegue de medios.
En definitiva, es una serie bastante entretenida que gustará tanto si eres seguidor de la saga como si no. Lo malo es su escasa duración, pues los 4 capítulos de 20 minutos cada uno apenas sirven de aperitivo. Afortunadamente Netflix no ha tardado en anunciar tras su estreno que ha sido renovada para una segunda temporada con 8 capítulos o quizás más. Esperemos que cundan un poquito más, aunque en cualquier caso los devoraré igual de rápido si no bajan el ritmo.
Para que unos cabrones malvados adquieran poder lo único que tiene hacer el pueblo llano es apartarse y callarse. Siempre hay elección.
