Diario de una Biennale IV – Pitt, Clooney y Almodóvar – Venecia 2024

PITT, CLOONEY, ALMODOVAR: Tres apellidos con los que sueño desde niña

Estos últimos encuentros los he tenido en mi cabeza por largos años, pero verlos materializados en segundos y en las condiciones en las que se dieron, fue más de lo que pude imaginar.

Wolfs es la nueva película de Brad Pitt y George Clooney. La vi a las 8:45 de la mañana, lo cual fue un comienzo de día extraordinario. El filme es extremadamente divertido, la dupla Pitt-Clooney es simplemente mágica, la dinámica que tienen es muy difícil de encontrar. Siento que hay dúos que van muy bien en el cine como Kate Winslet y DiCaprio, Woody Allen y Diane Keaton, pero Brad y George son un caso aparte. Además de que, como todos sabemos, son mejores amigos en la vida real y eso se ve y se siente al verlos. En la conferencia de prensa, George Clo- ah, esperen. No entré.

Esto sí me dolió. Muy al estilo de Killers of the flower moon en Cannesel año pasado, donde una decepción profunda y tristeza se adueñaron de mí cuando cerraron las puertas de la sala. No podía creer que estando a metros de la puerta, no entraría. En estos casos, lo que ocurre es, que puedes estar haciendo horas de fila, pero hay un sistema de pases donde dividen a los medios más grandes de los más chicos. Y pues, la BBC entra primero que Filmfilicos. Lo cual puedo entender, pero lo que no entiendo es por qué en Berlín no es así. En la Berlinale no hay distinción de pases para entrar a las conferencias, entramos todos como periodistas. No sé por qué Cannes y Venecia son distintos.

Sea como sea, me las arreglé para poder estar en primera fila para cuando salieran del Palacio y logré verlos. Pitt y Clooney parecen buenas personas, otorgando fotos y autógrafos a todo el que cruzaban. Pude intercambiar unas palabras con Clooney, y ni en un millón de años me hubiese imaginado que sucedería de esta manera. Luego de lo ocurrido, sólo pensaba en la Carla de 12 años que fue al cine a ver Ocean’s Eleven y veía a Clooney y a Pitt con la más profunda admiración, y algo en mi se quebró de emoción. Fue un momento que nunca olvidaré. Esta, una vez más, es la magina de los festivales de cine.

© Fotografía perteneciente a Carla Aguilar López

Otro encuentro fugaz pero importante a nivel personal, fue con Pedro Almodóvar. El director español hace parte de mi lista de amores cinematográficos desde que soy adolescente y es una de las razones por la cual el cine es tan vital para mí.

Vi The room next door, su nueva película, también a las 8:45 de la mañana. Un trío que no sabía que necesitaba en mi vida: Tilda Swinton, Julianne Moore y Pedro Almodóvar. Con esta cinta, el director español marca su debut dentro del cine de habla inglesa, y escogió a las mejores actrices para hacerlo. Swinton, quien parece sacada de la imaginación del director, ya ha trabajado con él en el cortometraje The Human Voice, y al preguntarle en la conferencia de prensar cómo se sentía trabajando con el Almodóvar, Tilda dijo:

“Siempre quise trabajar con él. Desde que yo vivía en Londres y el hacía parte de La Movida. Hace años, tuve la oportunidad de encontrarlo en una fiesta y recuerdo que me le acerqué y le dije que aprendería español por él, que podría mudarme a Madrid, lo que desee, pero que quería actuar en sus películas. Luego me fui nerviosa, pensando en que ojalá lo tomase en cuenta alguna vez, y ahora tengo la suerte de haber trabajo en dos ocasiones con él.”

 Moore también expreso su admiración: “Almodóvar no sólo tiene su sello icónico en sus películas, todo su ser es Almodóvar. Cuando entré en su casa, absolutamente todo se parecía a él, era como vivir dentro de sus películas. Fue algo increíble que adoré experimentar”.

© Fotografía perteneciente a Carla Aguilar López

 En lo personal, necesito ver la película de nuevo, ya que quedé un poco decepcionada con ella. Es decir, la historia es genial, los temas que toca son increíblemente importantes y la manera de narrar es como siempre impecable, pero visualmente no parece Almodóvar. Ese sello del que habla Julianne Moore y que es tan real, no lo vi representado en la pantalla. Es como si, para poder entrar al cine norteamericano, le hubiesen dicho “Bájale al color y a las excentricidades”. Lo sentí así. Hubo color, hubo destellos por aquí y por allá del director, pero cortos, pequeños. Le faltó luz, luz y vida que sólo Almodóvar sabe hacer explotar. No sé si es algo que le aconsejaron, o algo que él decidió, pero es un trabajo muy diferente al resto. Al menos, así lo sentí.

Al preguntarle, por qué quiso a estas alturas de su carrera, hacer una película en inglés, el respondió: “Para mí es un género más, más que tratarse del idioma”.

Este trío maravilloso respondió sin guardarse nada sobre los temas esenciales de la película: la eutanasia, la amistad entre mujeres, el miedo a la muerte y la vida. De manera política, Almodóvar habla sobre los problemas del mundo con los refugiados y niños, las leyes en contra del suicidio asistido y de una manera empática y sensata, hace un llamado para que estas leyes cambien.

Luego de la conferencia de Harmony Korine, esta fue mi favorita. Korine fue cine puro, Almodóvar corazón. Dos grandes directores tan distantes en sus estilos, pero con un elemento que los une irremediablemente: el amor al cine.