El Contador de Cartas

En esta ocasión vengo a platicarles de la película “El contador de cartas, (2021)” dirigida por Paul Schrader que ha sido todo, menos lo que yo me esperaba.

En esta historia vemos a William Tell (Oscar Isaac) un ex militar y hábil jugador de cartas, reconocido por ser contador de cartas (para los que no sepan de eso o sepan por qué es importante resaltarlo, como yo, estas personas tienen la habilidad de contar cuantas cartas han sido repartidas en el blackjack para determinar si llevan ventaja o no, suena a trampa, pero también suena interesante), que esconde un oscuro pasado, que, como casi siempre sucede, lo terminará encontrando.

Mi primera gran expectativa surgió cuando supe que Martin Scorsese era el productor ejecutivo y, aunque eso no necesariamente significa que él pueda decidir sobre toda la película, no es difícil imaginar que no se involucraría en cualquier trabajo sin trascendencia. No se cumplió mi expectativa porque, a pesar de que la película logra captar la atención poniendo sobre la mesa la posibilidad de que algo muy fuerte va a suceder en cualquier momento manteniendo así la tensión, la realidad es que no pasa nada, o sea, hay uno o dos acontecimientos importantes, pero como ni siquiera ocurren en la pantalla, sino que se limita a transmitir las malas noticias fuera de cuadro, ni siquiera generan impacto, así que al final deja una sensación de pérdida de tiempo.

Mi segunda expectativa surgió por el nombre, la verdad, de El Contador de Cartas esperaba una película más enfocada en el juego, en la emoción, la tensión de las apuestas y el riesgo de perderlo todo; que podría haber llevado a un desenlace más dramático y potente, pero tampoco. Porque en realidad estamos ahí viendo a un sujeto, extraño, que juega cartas, pero no somos parte de su juego; que hace cosas inexplicables y que no suelen tener sentido y que se engancha con Cirk (Tye Sheridan), un chico perturbado que busca una venganza, al cual William pretende salvar para expiar sus propias culpas a través de él. Situación que también es poco creíble, pues no hay nada de química entre los personajes, poco tiempo pasan juntos por lo que realmente el esfuerzo de uno por salvar al otro no llega a adquirir sentido.

Mi última expectativa caída llega por la participación de Willem Dafoe, de quien recuerdo buenos personajes en otras cintas. Aunque aquí no es que tenga un mal personaje, pero para el  poco tiempo que lo vemos en la pantalla, lo mismo hubiera dado si el personaje lo interpretaba él o cualquier otro, pues no consigue generar un gran impacto ni quedarse en la memoria lo suficiente y sé que no es él, es la forma en la que desarrollan la historia.

Por un momento, creí que en medio de todo, podría llegar a desarrollarse una historia de amor entre William y la mujer que le ayuda a financiar sus apuestas “La Linda” (Tiffany Haddish), pues ahí por lo menos percibía química y una posibilidad de interesarme más en lo que estaba viendo, pero es que ni con eso lograron atraparme.

Aún así, la verdad es que ni siquiera puedo decir que El Contador de Cartas sea una mala película, técnicamente no le encuentro fallas, tiene escenas muy bien trabajadas desde la fotografía, la iluminación y la banda sonora que encaja muy bien con el ambiente creado. Pero la historia de las venganzas, las apuestas, los recuerdos de un pasado muy turbio y el romanticismo esperanzador de una nueva vida, no terminan de encajar nunca.

Tal vez podría darle una mención muy especial a los flashbacks del personaje principal, pues son escenas fuertes, trabajadas de una manera inmersiva que, en otro contexto a cualquiera le pondrían la piel chinita, pero se desperdician en el ir y venir de cosas inconexas que sólo quitan la atención de lo que podría haber sido una gran película.