A punto de quedarse fuera de análisis, me alegra finalmente haber dispuesto de un hueco para esta película que a mi parecer ha sido la «tapada» de esta edición, eclipsada por el resto de grandes propuestas para este año.
Esta historia nos pone tras el prisma de Oskar Shell (interpretado por Thomas Horn), un pequeño niño de nueve años que tiene una muy especial relación con su padre (interpretado por Tom Hanks) ya que juntos comparten una afición: resolver misterios y llevar a cabo expediciones organizadas por el padre y que serán resueltas mediante el ingenio del chico. Esta idílica relación se verá truncada por unos terribles sucesos, lo que llevará a Oskar a través de la expedición más importante de su vida.
Me ha encantado la historia, me ha encantado la forma de contarla, me ha encantado el elenco de actores que aparecen en toda la obra (perfecta la interpretación de Thomas Horn y Tom Hanks, con un padre y un hijo que te llegan al corazón), me ha encantado la música y me ha encantado Nueva York como marco para esta obra (mención especial también al tratamiento de los hechos sin caer en absoluto en el absurdo patriotismo de algunos filmes que también han rozado el tema).
En definitiva, no puedo hacer otra cosa que no sea recomendarla encarecidamente, y personalmente, por lo completo que me ha parecido el puzle y lo bien que han encajado todas las piezas, presentarla como mi favorita para mejor película de este 2012. Además de este galardón, la película además se disputa el Oscar a mejor actor de reparto para Max Von Sydow
