Ghost In The Shell. El alma de la máquina
Cuando un Manga es aclamado tanto por crítica como por el público lo normal es que se adapte a película o serie Anime. De un tiempo a esta parte a ciertas productoras les ha dado por adaptar, en un formato u otro, estos manganimes con mayor o menor éxito. Una de las películas de animación japonesa que más repercusión tuvo en su día (junto con Akira y casi todas las del estudio Ghibli) fue Ghost In The Shell (tanto que inspiró a Matrix), de ahí mi preocupación cuando llegó la noticia de su film en live action. Pues bien, el día del estreno ha llegado y no me la iba a perder, pasara lo que pasara. Así que ahora os contaré mi parecer, después de un pequeño resumen de la trama.
Con el tiempo la tecnología ha avanzado tanto que los humanos pueden hacerse implantes cibernéticos en sus cuerpos. El sueño de la empresa Hanka Robotic, líder en este terreno, es que en un futuro próximo que nuestra mente sea lo único que sobreviva en máquinas humanoides. Major (interpretada por Scarlett Johansson) es la primera en esta práctica, dado que la doctora Ouelet (Juliette Binoche) le salvó la vida conectando su cerebro a un cuerpo cibernético. Ahora Major trabaja eficientemente para la sección 9, un grupo de operaciones especiales que se dedica casi en exclusividad a detener a ciber-terroristas. Pero el nuevo enemigo al que se enfrenta este equipo, Kuze (Michael Pitt), podría poner en serios apuros a Hanka Robotic, y cuestionar la lealtad de Major.
El apartado visual en esta película es sencillamente impresionante, es un despliegue visual. La obra original en manga y anime son conocidos por ser referente del cyberpunk, y eso es algo que está muy bien representado aquí. Aunque si que es verdad que a veces peca un poco en exceso, pero nada que separe demasiado de la trama.
La banda sonora corre a cargo Clint Mansell, quien en todo momento hace ecos y guiños sonoros a lo que fue una aquella obra maestra de la animación. Y, sin querer copiarla en su totalidad, añade su propio toque que acompaña de manera estupenda lo que estamos viendo.
En el elenco de actores casi todos cumplen sin más, pero destacaría tres actuaciones por encima del resto. La primera, por supuesto, es Scarlett Johansson en el papel de Major, quien ha conseguido insuflar la frialdad robótica del personaje, algo que los fans agradecemos. Y los otros dos serian Pilou Asbæk como Batou y Takeshi Kitano como Aramaki, quienes son unos secundarios que casi roban el protagonismo a Johansson cada vez que aparecen en pantalla.
Y en cuanto a la dirección y guión corre a cargo de Rupert Sanders y William Wheeler respectivamente, quienes han demostrado ser conocedores tanto de los animes como del manga. Asi pues han realizado una amalgama, sobretodo de los animes, tomándose ciertas licencias argumentales, que es muy efectiva como película.
Para finalizar, en mi opinión, es mejor ver esta película sin haber visto o leído las obras en las que se basa, ya que como film funciona perfectamente pero los otros formatos son más complejos en su trama. Y si sois fans, o habéis visto cualquiera de sus homónimos, simplemente tened la mente abierta y la disfrutareis mucho más. Sea como sea, es una cinta que merece mucho la pena ver.
Nos aferramos a nuestros recuerdos como si nos definieran, pero son nuestros actos los que nos definen.