Ha nacido una estrella
No es fácil ser reconocido por el público y la crítica de tal manera, especialmente siendo otra película que ha sido anteriormente realizada tres veces, (William Wellman – 1937, George Cukor, 1954 y Frank Pierson 1976), pero Bradley Cooper y Lady Gaga logran sacar todo de nosotros: las lágrimas, los recuerdos y la voz con esta historia de amor entre un artista en descenso y otro que apenas comienza a brillar, hablo de Ha nacido una estrella.
Jackson Maine (Bradley Cooper), un músico en decadencia, dependiente de las drogas y del alcohol conoce por casualidad a Ally, una chica con aires de estrella de cabaret. Enganchado principalmente por su evidente talento, Jackson invita a Ally a lo que será el inicio de su carrera musical dentro de un sistema corrupto e igual de decadente, donde la necesidad de convertir al artista en un producto es el motor de dicha industria comercial, la cual Cooper logra desmenuzar de manera cruda y sin ningún tipo de inhibiciones, sin disculpas y sin remordimientos.
Bradley Cooper opta por un proyecto muy ambicioso al rehacer una película con tanto éxito en el pasado, apostando a una artista que lo tiene todo pero que debía probarlo ante el mundo, y lo hizo de tal manera que es gran favorita para ser galardonada como Mejor Actriz en los Premios de la Academia de este año. Su genialidad en la interpretación además de una voz prodigiosa, hacen de Gaga una actriz merecedora de esta nominación, encontrándose junto a Glenn Close en esta categoría, y el sólo hecho competir con esta dama del cine, ya es mucho decir.
Cooper, por su lado, es virtuoso a la hora de ver y de sentir este guion, por lo que merece el premio a Mejor Guion Adaptado sin lugar a dudas, pero es más que todo inteligente por apropiarse de la historia de una manera sublime, haciéndola suya por completo y colocándole el sello de la actualidad, otorgándole una crítica justa a la situación de la escena musical actual. Y digo que es inteligente no sólo en la manera de hacerlo, sino por justamente hacerlo con una película que se presta para ello, es una historia que puede contarse muchas veces más y aún así mantener su fuerza. Cada una de las cintas anteriores ha sido marcada por esto, otorgándole a cada contexto su tiempo justo, sus tendencias, valores y características particulares. Lo que hace que cada vez que se muestra al público, éste se identifique y la aclame.
Cooper también está nominado a Mejor Actor, con lo que sutilmente difiero, ya que fue una buena actuación, pero no puede compararse con el Mercury de Rami Malek en Bohemian Rhapsody o la grandísima actuación de Christian Bale en El vicio del poder, a quien ya es hora de darle un Oscar en esta categoría.
Pero lo cierto es, que lo que pudo ser una gran decepción (como muchos lo esperaban) por tratarse del primer filme de Cooper como director y una estrella del pop mundialmente reconocida, terminó siendo un triunfo unánime y asombroso. Con ocho nominaciones al Oscar (entre ellas Mejor Actor de Reparto a Sam Elliott), Ha nacido una estrella, se ha sabido alzar y sobrepasar las expectativas del público y de la crítica, regalándonos con frescura, de una menera sincera y transparente, una historia revisitada tantas veces. La magnífica dirección de Cooper y la fragilidad y naturalidad de Gaga, conjugados con hermosas canciones, entre ellas “Shallow” nominada a Mejor Canción Original, nos regalan el fabuloso sentimiento de que, con los elementos necesarios, utilizados de la manera correcta, un remake puede ser mágico.
Se lleve o no tan anhelada estatuilla, lo que Ha nacido una estrella ya ganó ha sido el respeto de todos, otorgándole a Cooper la admiración de sus colegas, público y crítica y Gaga, la confirmación absoluta de que es una de las mejores artistas de esta generación.