Hércules
El viernes cinco de Septiembre se estrenó en nuestras carteleras la más reciente de las versiones que narra las hazañas del quizás más conocido héroe mitológico, Hércules.
Dirigida por Brett Ratner, realizador de, entre otras, El Dragón Rojo o X-Men, La decisión final y con un reparto encabezado por Dwayne Johnson, John Hurt y Peter Mullan, el aspecto más llamativo que nos ofrece esta versión son sus efectos especiales y la acción.
La acción se sitúa tras el final de los doce trabajos de Hércules. Junto a sus más fieles compañeros de batalla, se dedica a venderse al mejor postor. Un mercenario más que vende su fuerza. Sus servicios serán requeridos por Lord Cotys para lograr derribar a Rhesus quien quiere apartarle del trono.
La conclusión más clara que obtenemos tras ver la película es que quien espere encontrar mitología en ella que lo olvide. Hércules es una película llena de acción y visualmente poderosa pero curiosamente aunque trate de un semidiós, el aspecto mitológico no es su fuerte. Es más, el argumento de la película se encarga de mostrarnos a Hércules parecido a cualquier hombre mortal, un hombre algo fuera de lo común pero un hombre sin ningún tipo de poder. Un hombre que sangra como cualquier otro, el hijo de un Dios que parece no ser tal. Del mismo modo, intenta desmontar otros seres mitológicos como por ejemplo los centauros o la propia historia de como Hércules enloquecido, mató a sus propios hijos, episodio que se convertirá, mediante flashbacks en uno de los hilos conductores de la trama general.
Todo son leyendas, lo sabemos (o por lo menos así lo intuimos) así que no era necesario destruir de ese modo la magia y la fantasía que nos ofrecen este tipo de historias. Siempre está bien dar nuevas versiones pero Hércules sin su mito pierde casi toda su razón de ser.
Película entretenida y llena de acción, bañada de greñas, sudor y músculos, algo que inevitablemente nos remite a la estética impuesta por la serie Spartacus. Aún así, un punto de desilusión pesa sobre quién escribe, como una niña a quien le han quitado el dulce deseado.