Hay películas que se disfrutan, otras que se analizan, y luego están las que se sienten. Kaló taxidi (Buen viaje) pertenece a ese tercer grupo. Escrito y dirigido por Laura Pérez Gómez, este cortometraje documental (candidato a Mejor Cortometraje Documental en los VIII Premios Lola Gaos) es, ante todo, un viaje interior. No de esos que necesitan pasaporte, sino de los que uno hace cuando vuelve a mirar atrás y se encuentra con la persona que fue.
Rodado entre España y Grecia, y con una duración de 17 minutos, el corto se adentra en el reencuentro entre dos amigas, Laura y Gemma, que compartieron una etapa vital en Atenas allá por 2008. Han pasado quince años, y entre risas, imágenes antiguas y reflexiones, ambas revisitan aquella época de juventud, de libertad y de sueños. Pero, como suele ocurrir con los viajes emocionales, lo que encuentran no es solo nostalgia, sino también la constatación de que el tiempo transforma tanto los lugares como a las personas.
En lo visual, Kaló taxidi combina con delicadeza el found footage (esas grabaciones de cámara doméstica, llenas de textura y sinceridad) con un presente más reposado, casi contemplativo. Es un diario documental, una carta en imágenes que habla de la amistad, la memoria y la búsqueda de sentido cuando el futuro ya no se ve tan nítido como a los veinte. Laura Pérez Gómez, además de directora, actúa como narradora invisible de su propio pasado, sin caer en la nostalgia complaciente. Lo que consigue, más bien, es que cada imagen antigua sirva de espejo: lo que fuimos, lo que somos y, sobre todo, lo que nos gustaría seguir siendo.
Resulta imposible no conectar con ese sentimiento universal de volver (física o emocionalmente) al lugar donde una vez fuimos felices. Quizá, como dice Joaquín Sabina, “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Pero, si lo haces, al menos que sea con la sensibilidad y la honestidad que desprende esta pieza.
Kaló taxidi es, en definitiva, un trabajo pequeño en formato pero grande en intención: íntimo, sincero y lleno de humanidad. De esos que te recuerdan que el cine también puede ser una forma de reencontrarse con el pasado.