Manuel Ríos San Martín dirige la película española: La huella del mal.
Durante la visita guiada de un colegio al Centro de Arqueología Experimental (CAREX), unos chavales encuentran el cuerpo de una joven en el lugar donde debería estar la réplica de un enterramiento neandertal. La joven es Eva Santos, una chica del pueblo cercano de Atapuerca, y está muerta. Su cuerpo está desnudo y colocado en posición fetal. Un espeluznante crimen ritual que recuerda a otro ocurrido hace seis años en la misma zona. ¿Habrá regresado el “asesino del yacimiento”, que consiguió escapar hace seis años?
Típico thriller policial que se vale de los mismos elementos de cualquier otro título del género. El detonante es un asesinato y seguidamente el proceso de investigación ocupa todo el tiempo en la pantalla. A pesar de la lograda ambientación más por el lugar real del rodaje que por un proceso de producción, a La huella del mal le falta suspense, tensión, me resulta todo lineal y predecible. Algunas sub tramas son innecesarias, incluso los giros de guión son cuestionables. El director tiene más experiencia en tele y en series cómicas que en materiales de este tipo y eso se nota.
Blanca Suarez se viste de detective e intenta darle matices a su personaje, pero sabemos que como actriz jamás dejará de ser encasillada. Daniel Grao siempre se agradece, incluso en roles que no le favorecen o que parece más secundario que principal.
Una película tibia, que te mantiene durante todo el metraje pero que olvidas con facilidad.