Kingsman: El círculo dorado
Alguna vez os he hablado de el guionista de Mark Millar (muy probablemente cuando he abordado Kick-Ass, Kick-Ass 2, o Wanted) y de como sus historias son de lo mejor del panorama del cómic actual. La inspiración para llevar a cabo una de sus tramas le vino al leer el cuaderno de rodaje de El agente 007 contra el Dr. No, donde decían que convertir en un caballero o galán al en ese momento rudo Sean Conery había sido la tarea más dura de casi toda la producción. Ahora entenderéis un poco mejor de donde viene Kingsman: Servicio secreto, y sabréis como continua aquella historia con su nueva película.
El servicio secreto es comprometido cuando Poppy Adams (Julianne Moore), una terrible narcotraficante con ansias de dominación mundial, bombardea todas las sedes ocultas con la información brindada por Charlie (Edward Holcroft), que se quedó a las puertas de ser un Kingsman. Los únicos supervivientes son Egsy (Taron Egerton) que ahora usa en nombre en clave Galahad, y Merlin (Mark Strong), quienes descubren que tienen unos primos americanos en esto del servicio secreto, los Stateman dirigida por Champ (Jeff Bridges). Una vez en EEUU las dos organizaciones trabajan codo con codo para salvar el día pese a sus diferencias, pero las sorpresas no pararán de sucederse, como por ejemplo la vuelta de entre los muertos de Harry Hart (Colin Firth).
El apartado visual ha pegado un salto enorme respecto a su anterior entrega, todo se ha visto incrementado en ese aspecto: la fotografía, las brutales escenas de acción… tanto que incluso parece en algún momento exagerado. La música, como en su predecesora, también es un punto a tener en cuenta, todos los temas acompañan de manera magistral lo que estamos viendo. Se le da especial importancia a Take me home, country roads de John Denver aunque hay canciones que a mi juicio son mejores como Don’t leave me this way de Harold Melvin, o la incombustible Saturday night’s alright for fighting de Elton John, así como también una versión muy “vaquera” de Word Up hecha por The BossHoss entre muchas otras.
El reparto vuelve a ser una baza muy grande para la película aunque no todos tienen tantos minutos en pantalla como pudiera sugerir el trailer. De esta manera os aviso de que si sois muy fans de Jeff Bridges o Channing Tatum quizás salgáis algo despagados al verla. Al margen de estos dos todo el elenco es genial, pero me gustaría hacer mención especial a Julianne Moore, que interpreta a una villana cuki que nunca hubiera visto probable y me sorprendió gratamente; y a Elton John (si, habéis leído bien), en lo que al principio pensé que seria un cameo y se quedó siendo uno de los personajes recurrentes que más me han gustado en un largometraje de esta índole. En la dirección volvemos a encontrarnos a Matthew Vaughn, quien con cada película demuestra que es uno de los mejores directores de esta década (y parte de la pasada) y que se mueve como pez en el agua en esto de las adaptaciones.
Por todo lo anteriormente dicho podríais pensar que son todo bondades en esta producción, pero sus errores a mi juicio van más allá de lo bien hecha que pueda estar. Y es que no os he soltado el rollazo ese de la idea de Mark Millar de cara a esta franquicia para nada. Con esto quiero decir que esa premisa se ha perdido, lo que verdaderamente veía interesante de esta obra, vamos. Esto igual podríais achacarlo a que yo quizás sea demasiado pureta algunas veces y podríais ir a verla sin ningún problema ya que es una secuela directa y la evolución casi natural de la misma. En definitiva, es una película de lo más entretenida, pero el mensaje final, y me refiero al porqué de salvar al mundo ante esa amenaza (perdonadme que sea críptico pero no quiero desvelaros esto para que la disfrutéis al máximo), no me acaba de convencer.
Los modales hacen al hombre. ¿sabéis lo que significa? Permitirme que os instruya.
