Es curioso como este 2025, hemos presenciado una gran diversidad de adaptaciones del maestro del horror literario Stephen King. En el formato episódico encontramos It: Bienvenidos a Derry (2025), spin-off de las películas de It (2017-2019). En la gran pantalla, se han estrenado recientemente The Running Man (2025) y La larga marcha (2025). Dejando de lado la serie del payaso Pennywise, llama la atención que las dos adaptaciones cinematográficas de este año, sean relatos de ciencia ficción ambientados en distopías que mucho tienen que ver con la realidad de nuestros días. Además, las dos novelas en las que se basan, fueron escritas bajo el seudónimo Richard Bachman, el cual utilizaba el autor con el fin de no saturar el mercado con sus múltiples éxitos. La larga marcha, se aleja bastante de sus novelas más modernas, aún así, su historia es aterradora, y pone en evidencia como King sabe qué temas tocar para que sus relatos se conviertan en clásicos instantáneos.
Una vez al año, se celebra la larga marcha. Una competición mortal en la que un grupo de 100 adolescentes deberán caminar durante varios días seguidos, hasta que solo quede uno en pie.

Dirigida por Francis Lawrence, especialista en sagas distópicas como Los juegos del hambre, la distopía presentada en La larga marcha, no resulta diferente de otras ambientaciones similares que no hayamos visto estos últimos años. Sin embargo, su mayor baza (y al mismo tiempo, una piedra con la que tropezarse) es su concepto mortal tan simple que presenta. Camina o muere. Esa es la cuestión. Lo que en un principio podría haberse convertido en una experiencia monótona y sin grandes puntos de giro que sorprendan al espectador, consigue alzarse como una propuesta sumamente interesante y sobre todo, amena.
Podríamos dividir el largometraje en dos tipos de secuencias distintas: conversaciones y ejecuciones. El filme se sustenta bajo estas dos premisas durante más 1 hora y media. El resultado: una experiencia inmersiva y una gran adaptación. Lawrence y su guionista J.T Mollner, aprovechan las múltiples diálogos que los personajes tienen, para otorgar ciertas reflexiones sobre el sentido de la vida, el camino que debemos seguir hacia nuestros objetivos, si realmente gozamos de un libre albedrío, y el papel de la religión en nuestras vidas. Gracias a estos temas de conversación, el guion no se siente aburrido en ningún momento y no llegas a romper el pacto película-espectador que se te ha ofrecido al empezar la película.
En adición, las interpretaciones de todo el cast son excelentes, a destacar el gran trabajo de Cooper Hoffman y David Jonsson, quienes se roban todo el peso de la película, creando una amistad verdadera que perdurará en las mentes de los cinéfilos que hayan logrado conectar con sus respectivos personajes. La adaptación no se limita solo a recuperar los aspectos más básicos de la historia, también se ha optado por mostrar la crudeza de las ejecuciones, en forma de efectos prácticos que adornan la historia con un añadido gore que endulza la adaptación para aquellos lectores que buscaban visionar los momentos más impactantes de la obra.

Como puntos dudosos y negativos, resaltaría el propio final de la película, el cual se siente forzado en términos narrativos. Sin hacer spoiler, podríamos decir que la historia conducía a otro tipo de desenlace que hubiese casado mejor con el desarrollo de los protagonistas. Sin embargo, no es un mal final en términos objetivos, pero se siente alejado de la evolución que estaba teniendo el argumento. Además, en el libro, King ahonda de manera más descriptiva en los aspectos sensoriales que los chicos experimentan cuando llevan varios dias caminando. La adaptación muestra solo una pequeña parte de estos detalles, lo cual es una pena, por que ayudaría a que el agotamiento de los personajes se sintiese más palpable durante el visionado del filme.
Es por todo ello, que sin ser la mejor adaptación de Stephen King en el campo cinematográfico, La larga marcha es un entretenimiento muy bien ejecutado y que supone una mirada fresca y curiosa a un subgénero cinematográfico como es el de las distopías adolescentes, el cual parece haber tenido un revival estos últimos años. Igualmente, recomiendo leer la novela original, no es muy extensa, y ofrece una experiencia literaria dificil de olvidar.











