Licorice pizza
Pues “Licorice pizza” es una de las películas nominadas a los Oscars 2022, nada menos que a las categorías de mejor película, mejor director y mejor guion original; vamos, las importantes. Normalmente una película con estas nominaciones debería ser sinónimo de apuesta segura, pero este año me parece a mí que el nivel no es muy allá.
La verdad es que fui a verla sin demasiadas expectativas, el tráiler es el típico que no dice nada pero el diseño del poster mola, la ambientación setentera tiene su punto y bueno las etiquetas de comedia romántica y comedia dramática a la vez me hacían gracia. Además los protagonistas son feos, no son los típicos protas monísimos.
Chica conoce a chico en el valle de San Fernando en 1973
“Licorice pizza” tiene una premisa muy sencilla: chica conoce a chico, pero está contada desde la cotidianidad y la espontaneidad, vamos que todo parece improvisado. Eso está bien hasta cierto punto, pero la película se hace larga.
Dato curioso: la traducción del título del film es “Pizza de regaliz”, el sobrenombre que recibían los vinilos que tan de moda estaban en la época.
Sinopsis:
La película comienza el día en que toca sacarse la foto para el anuario. El protagonista, Gary, está en la cola para la foto y Alana, la protagonista femenina, camina ofreciendo peine y espejo a quien lo precise (una escena con un travelling muy bonito).
Gary acepta su peine y empieza a cortejarla con una rebosante seguridad en sí mismo, pidiéndole una cita que Alana rechaza espetando que es un crío. Gary continúa su discurso de pesado engatusante y Alana acaba sacando la sonrisita. Contra todo pronóstico (de que no), Alana se presenta a la cita y continúan conociéndose.
La forma en que Gary se describe a sí mismo parece inventada, no se sabe muy bien si está de coña o qué. Cuenta que es actor por vocación, que conoce a muchos famosos y que su madre es su representante. A Alana le hace gracia que un crío de 15 años tenga tanta seguridad, sepa tan bien lo que quiere y muestre tanto interés en ella, una mujer casi 10 años mayor que él.
Teniendo en cuenta que el valle de San Fernando está al lado del famoso Hollywood, que un niño sea actor no parece tan descabellado. Por otro lado, Alana es una chica que no sabe qué hacer con su vida, trabaja de ayudante de un fotógrafo pero está asqueada y la vitalidad de Gary le apasiona. Al poco, Gary le pide a Alana que sea su acompañante para poder acudir a un bolo, y Alana acepta sin pensárselo, ahí empieza su andadura juntos como amigos y socios.
Gary la inspirará para que se presente a castings mientras él recibe negativas en los suyos por estar perdiendo su encanto al hacerse mayor. Al ir perdiendo fuelle en la actuación no desistirá y comenzará a embarcarse en un negocio de venta de camas de agua, una revolución en los 70, por lo visto. Ambos personajes se profesarán amor/odio en todo momento, Gary nunca desiste de tirarle la caña pero ella lo rechaza una y otra vez, excepto cuando él muestra interés en otra claro.
Si leemos un poco entre líneas, se trata del encuentro entre un niño con ganas de ser mayor y comerse el mundo, y una chica que se resiste a abandonar la adolescencia y no le encuentra sentido a nada.
Un tabú muy cinematográfico
¿Es raro que pase todo el tiempo con Gary y sus amigos? – Alana
Le pregunta Alana a una amiga durante el film.
Sí, es raro. Eso le habría dicho yo, pero la película va de eso.
De hecho, si fuese al revés y el mayor de la relación fuese el hombre, seguramente nos escandalizaría. Con esto Paul Thomas Anderson nos enfrenta a un tabú de relación que cualquiera que está viendo la película sabe que no debería tener. A cualquier persona adulta le podría entrar una adolescente y lo normal es que no siguiésemos el juego, pero esta película es como una fantasía de lo que podría pasar si lo hiciésemos. El director parece pensar: ya que no podemos hacerlo en la vida real, dejadme que os lo cuente yo.
Lo cierto es que “Licorice pizza” es una película normalita, tiene planos bonitos, un tratamiento de color muy currado y nos descubre a la actriz Alana Haim, que tiene un no sé qué, pero no creo que mucha gente la recuerde en un tiempo (a no ser que gane el Oscar, quién sabe).