La perfección
Cuando Netflix anuncia que tiene un estreno entre sus manos pueden ocurrir dos cosas: Que la película durante su fin de semana de estreno acapare la atención y la conversación a nivel masivo para que luego acabe muriendo en la plataforma, o que por el contrario el producto que se presenta sea genuinamente bueno y se beneficie del boca oreja para perdurar un poco más allá del primer fin de semana. Desconozco el recorrido que pueda tener esta cinta, pero tras su visionado como deseo personal me gustaría que optase más por la segunda opción. Os hablo de La perfección.
Charlotte es una prodigiosa violonchelista que tras varios años se reencuentra con sus antiguos maestros solo para descubrir que ahora tienen una nueva alumna fetiche. Dicho encuentro traerá terribles consecuencias.
Nuevamente, con un planteamiento tan escueto se está ante otro caso en el que es mejor no saber nada antes de ver la película. Con esa breve descripción, a uno se le pueden venir a la cabeza referencias como Whiplash o Grand Piano como dramas y thrillers cuyo principal objetivo es el de querer alcanzar la excelencia musical cueste lo que cueste o incluso Cisne negro si se mira por el lado de las envidias y el miedo a que llegue alguien mejor a quitar el puesto para el que se ha estado luchando con sangre, sudor y lágrimas. Y que nadie se equivoque, la película tiene esos ingredientes, pero quizás no de la forma que uno podría esperar.
Porque siendo sincera, la gran baza con la que juega La perfección son sus giros argumentales. Son una cosa muy alocada y al mismo tiempo hace que el espectador se quede prendado hasta el final. Otro asunto es como se pueda tomar el espectador esos giros, si en serio o a broma, y creo que con toda la locura que propone, hasta cierto punto es mejor tomárselo a broma. Porque si se empieza a indagar en los hechos y a comerse la cabeza, posiblemente la historia se caiga por su propio peso. Se produce así un thriller que lo que busca es el impacto y que más o menos funciona pese a estar en constante cambio de objetivos.
Hay que tener cierta valentía para embarcarse en un proyecto de este calibre y confiar en él, cosa que hacen Allison Williams y Logan Browning. Las dos están en ese difuso límite de entregarse completamente a sus personajes y creerse las líneas de guion que recitan; y tomárselo con cierto humor. En el caso de ellas es más notable al ser las que más tiempo de metraje ocupan, aunque lo mismo se puede aplicar al resto del reparto. Mención aparte merecen las dosis de casquería y hemoglobina, que si uno está acostumbrado a unas grandes cantidades las podrá disfrutar, pero en el caso de ser más sensible, es mejor prevenir.
Como puntos negativos de La perfección, recalcaría que hay varias frases del guion que no les hubiese venido mal un repaso y que su montaje en más de una ocasión resulta reiterativo y atropellado. Y creo que hasta aquí puedo contar sin destripar nada. Siento si se ha quedado en una apreciación más superficial, pero es mejor ir a ciegas. Y lo más seguro es que produzca opiniones de todo tipo, eso queda a gusto del consumidor. Por mi parte solo queda darle las gracias por haber disfrutado de una locura en el mejor de los sentidos como hacía mucho que no veía.