Los cronocrímenes
El próximo 4 de julio se estrena la esperada nueva película del director cántabro Nacho Vigalondo. De momento nos conformaremos con hablar de su primer largo Los Cronocrímenes.
Realmente conformar es un decir porque la película en cuestión es de las de quitarse el sombrero. Protagonizada por Karra Elejalde, Bárbara Goenaga y por el propio Nacho Vigalondo el film nos cuenta como Héctor, el protagonista, ve drásticamente interrumpido el curso habitual de su vida cuando al observar desde la tranquilidad de su jardín divisa un cuerpo de mujer escondido entre la maleza.
Siempre son de agradecer las películas que suponen un reto mental para el espectador y éste es el caso. No es que se trate de una historia con demasiadas complicaciones, demasiados giros o tramas incomprensibles. Precisamente en esta sencillez radica la fuerza de la película. El miedo, la intriga y la tensión se entremezclan en el ambiente que captura a Héctor quien, como si de cualquier Alicia se tratase se adentra en el bosque en busca de la muchacha que, en cierto modo ejerce del conejo que siempre llega tarde, abriendo la puerta a un espacio sin regla de tiempo establecida puesto que éste avanza y retrocede haciendo caso omiso a cualquier norma.
Alícia en el país de las maravillas o Atrapado en el tiempo, para buscar un paralelismo más cinematográfico, son algunas de las formas que Los Cronocrímenes adopta. Aunque es justo decir que dichas reminiscencias quedan reducidas a la esencia y que la película poco más tiene que ver con ellas, gozando así de la sorpresiva originalidad que es necesaria para que un producto resulte atractivo al público y más si se trata de una ópera prima en el terreno del largo como es el caso.