Man on the moon
Hace varios meses comenté la que me parece una de las peores películas de Jim Carrey, “El número 23”. Puesto que el actor me produce bastante simpatía, creo que es justo que comente una de la mejores, con permiso de “El show de Truman”. Confieso que me rindo ante Carrey en “Man on the moon”, una comedia dramática que cumple lo que prometía su eslogan “te hará reír y te hará llorar”.
Dirigida por Milos Forman en 1999, “Man on the moon” es una biopic del cómico estadounidense Andy Kaufman. Un cómico que, según él mismo decía, “no contaba chistes” y prefería definirse como artista de variedades. Kaufman era un personaje raro, incomprensible e incomprendido, genio y loco, con un humor bizarro que le llevó a ser amado y odiado por los espectadores. Es decir, un personaje que pocos como Carrey podrían haber encarnado mejor.
La película muestra como Kaufman pasa de actuar en bares a protagonizar series y programas de televisión a nivel nacional, llegando a ser estrella invitada en Saturday Night Life o participar en numerosas ocasiones en el show de David Letterman. A lo largo del film podemos ver los momentos más destacados y polémicos de su carrera, como cuando le dio por retar a mujeres a pelear en combates de lucha libre o saltarse el guión en directo en Fridays. Para Kaufman todo eso era gracioso, pero al público (y, especialmente, a los directores y productores televisivos) le costaba entender su humor ya que muchas veces solo él sabía que se trataba de una broma. La película es bastante fiel a la realidad, al menos a la realidad que se conoce. Por ejemplo la escena del altercado en el show de Letterman con la estrella de lucha libre Jerry Lawler es calcada a lo que sucedió en la realidad.
Hay que destacar que interpretar a Kaufman no es sólo hacer de él como persona o humorista sino también es recrear a sus personajes. Desde Latka (un extranjero rarito) hasta Tony Clifton (un cantante de variedades con poco tacto y educación), Carrey da vida a todas las caras de Kaufman. Junto a Carrey encontramos a Danny DeVito en el papel de George Saphiro, su manager y uno de los pocos en el mundo del espectáculo que le apoyaban y entendían su genio. Otro de los personajes claves es el gran amigo de Kaufman, con el que el humorista preparaba sus bromas, Bob Zmuda, intepretado por Paul Giamatti.
La película llega hasta el final de su carrera y vida, cuando Andy muere a causa de un cáncer de pulmón con sólo 35 años. Tal fue el nivel surrealista de su humor que muchas personas creían que esto era otro número más y aún existen teorías que aseguran que Kaufman sigue vivo. Esta leyenda se siguió alimentando gracias a que su personaje, Tony Clifton, siguió actuando y haciendo apariciones públicas, aunque se sabe que en muchas ocasiones era el propio Bob Zmuda el que se metía en el papel de Clifton.
Está claro, me encanta esta película y la recomiendo mucho, pues es clave para entender una subcultura de la comedia menos conocida y reconocida.