Mank
Aunque la mayoría de las personas nos disponemos a ver el cine como una fuente de entretenimiento (lo que no está para nada mal pues a grandes rasgos es eso lo que mantiene a la industria fílmica), hace falta enamorarse solo un poquito para acercare no solo a ver sino a comprender, a indagar, a sumergirse en su arte y su influencia en la sociedad. Por ello, una película como Mank (2020) de la mano de David Fincher, no deja de proponer una mirada nostalgia a la historia, a lo que se esconde detrás de lo que la pantalla proyecta y un merecido homenaje a una de las películas más icónicas, memorables e irrepetibles.
Mank, evidentemente nos habla de Herman J. Mankiewicz (Gary Oldman) en su proceso de escritura del guion de “Ciudadano Kane”, al tiempo que lidia con su alcoholismo, los recovecos oscuros del Hollywood de los años 30’s y una lesión que lo mantiene en cama.
Más allá de mostrar simplemente un proceso creativo, la película representa el conflicto de intereses entre Mank y Orson Wells (Tom Burke) por los créditos del filme. Aunque no deja de producir una sensación nostálgica, la narración y la puesta en escena están enfocadas más a la desnudez del mundo del cine y su lado deleznable de excesos, abusos, elitismo e injusticias acercando al espectador a la visión de un Hollywood como industria con necesidades económicas en ocasiones más que las creativas, con conflictos laborales y crisis desencadenadas por los acontecimientos mundiales que le acompañan; lo que funciona también como una proyección al futuro, pues también recuerda que el cine sigue estado sujeto a la realidad social.
El guion escrito por el padre de David Fincher, Jack Fincher, en 2019, se desenvuelve fluidamente entre los claroscuros del blanco y negro que también parece tener una intención de homenaje; sin embargo, la carga excesiva de Flashbacks llega volverse incómoda en los cambios temporales y la representación de las escenas de la filmación de Ciudadano Kane.
Entre otros aciertos, la producción cuenta con una fotografía evocativa a la época en la que está ambientada que luce mucho mejor gracias a las actuaciones de Amanda Seyfried, Lily Collins, Tuppence Middleton, Arliss Howard, Charles Dance, por lo que no me sorprendería ver varias nominaciones a los Oscars. Y es que Mank parece estar hecha con toda la intención de que Netflix figure en la entrega de los premios pues simpatiza mucho con características de las ganadoras de los últimos años.
A manera de conclusión y más que nada como una advertencia final, Mank es una película que se disfruta por sí misma en su propia construcción y forma de representar su realidad, pero no deja de ser necesario tener revisada previamente la maravillosa “Ciudadano Kane” para tener un mejor contexto que permita apreciar lo logrado por Fincher, su importancia histórica y cinematográfica.