Pi: Fe en el caos
Bueno, como mis compañeros me animan para que hable de películas de moda y recientes, hoy comentamos una cinta de 1998 de uno de nuestros directores favoritos (Previously On filmfilicos… “The Wrestler”) con nombre de cristal caro, Darren Aronofsky.
Con un reparto breve como nos tiene acostumbrado el director, en esta cinta se narra la historia de un matemático especializado en teoría de números, Maximillian Cohen (interpretado por Sean Gullette) que intenta descubrir el modelo matemático que se esconde tras la bolsa, cuyo camino le llevará a atravesar otros territorios como la computación, la religión, y la economía acompañado por su mentor Sol Robeson (Mark Margolis, recientemente visto en “Breaking Bad”) y otros personajes cuyos intereses convergen también sobre sus investigaciones y los cuales le plantearan otros prismas sobre su viaje, íntimamente ligado con los misterios que se esconden tras los infinitos decimales del número Pi.A este entramado ademas hay que añadir la situación del protagonista frente una dolencia desconocida para la cual se medica sin resultados satisfactorios.
Todo el filme está rodado enteramente en un inquietante blanco y negro, con el estilo intimo y característico de Aronofsky pudiendo observar el paralelismo en el trato de los protagonistas de sus obras posteriores (personas excepcionales en su campo, obsesionadas en intentar romper sus propios límites arriesgando todo su universo por la consecución de sus objetivos) centrándose exclusivamente en el personaje principal y en su tenebroso y obsesivo camino para averiguar el misterio matemático que se esconde detrás de las fluctuaciones económicas de la bolsa.
La música que acompañara a la película, merece una mención especial ya que realiza un estupendo papel como conductor de la tensión, manteniendo durante todo momento el estrés en el espectador que sufre el protagonista en la pantalla.
Aquí tenéis el trailer (en inglés) de la película:
En resumen, un recorrido a través de las matemáticas y sus tripas, los números y como estos pueden iluminarnos u oscurecernos a medida que nos sumergimos en ellos. Merece la pena dedicarle un rato estas navidades cuando el alcohol y los polvorones no os atranquen las neuronas.
Próximamente, un especial con aroma a Saloon, Colt y poncho…
Esta película es fantástica. Como bien dices, el director empuja a los personajes a perseguir sus objetivos racionales/matemáticos y dejando de lado los emocionales (atracción entre la vecina y el personaje principal.
Peliculón.