Si los vampiros han tenido mil y una caras y han sido y siguen siendo fuente para infinidad de historias, los zombis no se quedan atrás. Ya sean los zombis clásicos que caminan lento como auténticos muertos vivientes, la variante de los infectados con una velocidad sobrecogedora que hace que la supervivencia sea mucho mas difícil, o lo variados que pueden ser los enfoques, con más drama, más comedia o más sátira, hay una película de zombis para todos. Y a veces con ese gran número de cintas de zombis es fácil perder de vista alguna que, sin inventar la rueda, de vez en cuando apetece ponerse para pasar un buen rato.
Dave es un músico fracasado que claramente no pasa por su mejor momento personal. Por determinadas circunstancias, el único sitio seguro para el es la casa de su hermana Tess y su sobrino Felix. Al llevar a Felix al colegio, Dave también se ofrece voluntario como acompañante en una excursión de la clase junto a la profesora, la señorita Caroline. La excursión se vuelve complicada cuando Teddy McGiggle, un famoso presentador de un programa infantil esta en el mismo sitio grabando su show. Pero todo se volverá mucho peor cuando un brote de zombis arrase el lugar, por lo que Dave y la señorita Caroline deberán proteger a los niños a toda costa.
Normalmente a la hora de recomendar una película intento evitar frases hechas que detesto. Sin embargo, para esta ocasión debo ser bastante clara que sus 20 primeros minutos, aquellos en los que se presenta en especial al personaje de Dave, no son representativos de lo que va a suceder a continuación. Uno puede entender que no siempre va lidiar con un protagonista agradable, especialmente dentro del genero del terror, pero ver durante todas esas primeras escenas todo lo que hace Dave, la actitud autodestructiva que tiene y que parece querer arrasar con todo a su paso solo siendo consciente de su propio beneficio y estando completamente desligado de la realidad es cuanto menos desagradable. Toda esta introducción hace que sea imposible sentir un mínimo de empatía por él, aunque la historia da un vuelco con la aparición de los primeros zombis, pero antes hay que tragar con esa introducción que se hace cuesta arriba. Una vez pasado el umbral, la recompensa es visible
La irrupción de estos zombis clásicos, que avanzan a una velocidad muy lenta y que parecen carecer de cualquier inteligencia más allá de querer alimentarse es el soplo de aire fresco que necesita la cinta. Lo que está en juego es alto, pues al final toda una clase de infantes ha ido de excursión cando se desata el caos, por lo que esa empatía hacia ellos o esa preocupación es mayor. También va a suponer que muchas actitudes de personajes principales, especialmente Dave o Teddy McGiggle, cambien de forma radical y afloren rasgos que estaban ahí desde el principio, para mejor o peor fortuna, permitiéndoles crecer y aportando una nueva dimensión de la que carecían al principio. La comedia se vuelve algo más refinada, a pesar de que hay ciertos gags que no aterrizan del todo bien, aunque ya al tener el elemento del terror con los zombis es mucho más fácil navegar entre tonos y que el ritmo discurra mejor. Además, hay que detenerse en que en todas las escenas donde aparecen los zombis, el equipo de maquillaje y efectos prácticos se lo debió pasar en grande, pues a pesar de que la violencia mostrada no vaya a escandalizar a nadie, es de agradecer ver creatividad en algunos zombis, en algunas muertes y en algunas situaciones descabelladas en las que se ven envueltos los protagonistas.
Y si bien los personajes son variopintos, merece la pena examinarlos un poco. Desde luego el corazón de la película es Lupita Nyong’o como la Señorita Caroline, una profesora genuinamente preocupada por sus alumnos, que trata de hacer lo mejor para ellos y que es una persona que representa a la perfección la profesión docente, con esa mezcla entre lo didáctico y el amor por sus alumnos, aparte de que es una maravillosa final girl. Josh Gad como Teddy McGiggle borda todos los manierismos de un presentador infantil, histriónico y exagerado, al menos hasta que las grietas comienzan a hacerse muy visibles. Y Alexander England como Dave tiene claramente la mejor evolución de personaje de todo el filme, de una persona pasiva y desagradable al principio a alguien preocupado por los niños en especial por su sobrino Felix.
En definitiva, se trata de una película de zombis que mezcla perfectamente la comedia con el terror, y sorprendentemente, también logra ser muy reconfortante.