2012
Me estoy viniendo arriba con esto de las películas del fin del mundo y he estado haciendo memoria sobre la peor película del fin del mundo que he visto y no es Waterworld.
2012, dirigida por Roland Emmerich, cuenta la profecía del fin del mundo en la que los mayas lo predicen para el año 2012 y en la que se ve envuelto Jackson Curtis y su familia que intentarán salvarse de una multitud de catástrofes.
Cuando oyes el nombre de Emmerich, lo asocias a finales del mundo, invasiones extraterrestres o peliculones de acción y eso te hace pensar esta película durante el inicio, donde el presidente de los Estados Unidos, como no, se entera de que algo va mal en el núcleo del planeta Tierra, ves como empiezan a notarse los primeros avisos del fin del mundo y nos presentan a los protagonistas de la película y a varios secundarios. Hasta ahí todo bien.
Pero cuando juntamos a John Cusack en plan héroe/patoso, intentando no morir y a un Woody Harrelson como un loco paranoico prediciendo el fin del mundo, junto con las situaciones aparentemente cómicas, la película pasa de ser de acción y ciencia ficción a una película de comedia.
Por no hablar del exceso de efectos especiales que recuerdan a “el día de mañana”, vamos que yo creo que ha hecho un Michael Bay y ha reciclado escenas a saco. Otras escenas dejan mucho que desear como que intenten escapar del de terremoto que arrasa California con una limusina que tiene más aguante que el Batmóvil tuneado por los de Gas Monkey o ver como los chinos transportan por montañas heladas, elefantes y jirafas colgados desde un helicóptero, que tiene menos sentido que ver a Esperanza Aguirre pagando el ticket de la ORA.
Que se puede salvar de la película
La idea de que la gente se salve en arcas es más original que meter a la gente en un búnker como se hace casi siempre.
Curiosidades
En una de las escenas podemos ver a un actor haciendo de Arnold Schwarzenegger como gobernador de California.
Mi calificación
Solo me queda calificar esta película en mi ranking de mierdipelis como: “Para ser el fin del mundo, dos horas y media se me hacen largas”.
¡Hasta la próxima, amiguitos!