Hace ya varios años, una fotografía inundó internet con la premisa conspirativa que aseguraba que Nicolas Cage es un vampiro. Aunque por supuesto, el actor salió a desmentir el rumor; en pleno 2023 es imposible no tener curiosidad por verlo interpretar nada menos que al mismísimo Drácula y lo podemos ver en la comedia de terror Renfield (2023) de Christopher McKay, y yo les vengo a platicar bien y bonito de ella.
Renfield (Nicolas Hoult) es el fiel sirviente del Conde Drácula (Nicolas Cage), el jefe más despiadado y narcisista. Renfield se encarga de suministrarle víctimas humanas para alimentarlo. Tras siglos de insana convivencia y la interacción con lo simples mortales, el sirviente buscará romper con la complicada relación en la que está envuelto.
No se me ocurre una mejor manera de explicar detalladamente las relaciones con narcisistas. Drácula es el ejemplo magnífico para retratar a alguien manipulador, que ostenta un poder que sólo depende de su víctima. El malo por excelencia, quien busca sólo víctimas inocentes para consumirlos.
Por su parte, Renfield también describe perfectamente al sumiso y dependiente que a cambio de poco se somete y entrega todo de sí a su parte dominante, le defiende, alimenta y justifica; admira su poder hasta que se da cuenta de que ese poder depende de sus propias acciones y actitudes. Por supuesto, no es fácil romper ese lazo y en esta historia lo abordan de una manera genial.
Y todo eso esta incluido en una desatada mezcla de terror, acción, gore, drama y comedia. Nos regalan un festín de sangre, cuerpos desmembrados, golpes, disparos y sorpresivas transformaciones del Conde, bien insertadas y trabajadas. Aderezando con un humor ácido bastante efectivo.
De más está decir que Nicolas Cage hace un papel de locura, luce muy bien como Drácula y nos recuerda a los fans por qué amamos verlo en la pantalla grande. Se da la oportunidad de hacer un pequeño homenaje a Béla Lugosi, dándole su propio toque al personaje sin quitarle la elegancia y magnificencia al vampiro más famoso de la historia.
Por su parte Nicolas Hoult, se acomoda muy bien en su papel protagónico y consigue una agradable dupla con Awkwafina, quien interpreta a la policía Rebecca Quincy. Sin dejar de mencionar al genial Teddy Lobo (Ben Schwartz) quien es un malo torpe, hilarante y que lejos de estar de más funciona como eje de la moralidad de Renfield.
Lo que más agradezco de esta película es que no intenta ser un Remake, ni contarnos la misma historia que ya conocemos con tintes forzadamente modernos. Ostenta su propio y particular discurso fuerte y contundente sin siquiera rozar lo «políticamente correcto». Muy recomendable para los fans de los vampiros, del humor negro y particularmente para aquellos que han pasado por una relación de dependencia pues les va a alborotar las ideas con mucha fuerza.
