Spiral: Saw
Chris Rock produce y protagoniza el reinicio de la saga ‘Saw’, Darren Lynn Bousman se pone detrás de cámaras por 4 vez para volver a mundo de las trampas en Spiral: Saw.
Trabajando a la sombra de un policía veterano, el intrépido detective Ezekiel “Zeke” Banks y su compañero novato toman las riendas de una investigación relacionada con una serie de asesinatos que albergan ciertos paralelismos con el sangriento pasado de la ciudad. A medida que profundiza en el misterio, Zeke descubre que él mismo se ha convertido en el epicentro del macabro juego del asesino.
El director de El convento, 11-11-11 y que ya conoce el terreno que pisa rueda un producto obsoleto y nada original. La historia de Saw, luego de las tres primeras entregas, se convirtió en un guion que solo cambiaba de personajes y lugar de tortura. Se perdió lo que había creado James Wan y ya en Jisaw se jugaron las últimas cartas sobre el argumento. Reiniciarla no tenía sentido porque volveríamos a un punto de no retorno aburrido y clonado.
Spiral es justamente eso, una cinta con personajes pedantes, un protagonista forzado y un villano sin carisma. Ni siquiera para los morbosos y sanguinarios hay algún acierto en las escenas de gore, lamentables.
Chris Rock es una errónea elección de casting, a mí no me funciona en el humor, su punto fuerte supuestamente, pero en lo dramático es aún peor. Samuel L. Jackson necesita retirarse o comenzar hacer otro tipo de películas, reinventarse. A Max Minghella le quedarían mejor las tramas de Disney.
Dejen descansar a Saw, es peor para el espectador otra entrega que incluso lo que debe mirar en cada secuencia.