The Endless
Sin lugar a dudas, uno de los descubrimientos cinematográficos del año pasado fueron Justin Benson y Aaron Moorhead con su película Spring. Y fue tanto el impacto positivo que me dejó la mencionada cinta que estaba impaciente por ver su siguiente proyecto. Por suerte para mí, en la Muestra Syfy pude salir de dudas y comprobar que mi entusiasmo no era en vano.
Justin y Aaron son dos hermanos que hace años consiguieron escapar de una secta. Desde entonces, tratan de vivir por su cuenta en Los Angeles como pueden. Pero un día se ven obligados a volver a la secta tras la llegada de un misterioso VHS.
Si algo han demostrado Moorhead y Benson con su breve filmografía son dos autores muy personales que saben dejar su huella en todas sus obras. De este modo, ambos se han convertido en dos nombres muy prometedores dentro del cine de terror/ciencia ficción americano independiente. Pero en esta ocasión no les basta con ponerse detrás de las cámaras para las tareas de dirección, producción, guion, fotografía y montaje; también se atreven en el terreno interpretativo como los propios hermanos Justin y Aaron, y sorprendentemente, se les da muy bien, pues funcionan como los ojos del espectador en la historia y se nota el vinculo fraternal entre ambos hermanos al compartir un pasado trágico.
Al hablar del pasado trágico, inevitablemente hay que referirse a esa secta en medio de ese desierto californiano aderezado con una fotografía muy sucia que da la sensación de encontrarse en medio de ninguna parte. Pero contra todo pronóstico, no es una secta hippie de aquellas que se hicieron más conocidas gracias al infame Charles Manson, sino que se trata más bien de un lugar donde cada uno tiene una función concreta y tienen su parte de estudiosos de las ciencias y las letras. No dejan de ser un grupo de personas rechazadas que han encontrado un sitio donde sentirse acogidas y en el que aparentemente todo funciona bien. Sin embargo, dicha secta tiene la función de cebo de cara a los hermanos y al espectador para descubrir algo mucho más grande.
Y aquí puede venir el punto en el que se cree más diversidad de opiniones, que es cuando se descubre lo que realmente sucede en el terreno de la secta. Sin meterme a destripar la trama, en lo personal me fascinó como le daban la vuelta a la tortilla para crear toda una mitología con referencias a Lovecraft, la más clara de ellas aludiendo a un color indescriptible. Pero del mismo modo que a mí me cautivó ese giro inesperado, puedo entender que no a todo el público le vaya a entusiasmar de la misma manera alegando que no era lo que esperaban ver. Solo desearía que se hubiese desarrollado más toda la mitología propuesta.
Tardas un segundo en morir, pero una vida de mierda se hace larga.
Decir también que funciona tan bien ese descubrimiento en el que deja una sensación a medio camino entre la fascinación y el horror porque la información va llegando en pequeñas dosis, tanto para los protagonistas como para los espectadores. Y a pesar de todo el viaje tan profundo en que adentra el film, tiene sus limitados momentos de humor que en absoluto chirrían. Porque todo lo que podría haber salido mal con un proyecto tan arriesgado y personal como este acaba saliendo bien, por lo que considero que es un logro increíble.
Por si fuera poco, la cinta con todo su juego tiene la capacidad de quedarse en la retina y en la cabeza mucho tiempo después de su visionado, pues tiene ese factor que hace que uno una vez empiezan a rodar los créditos se ponga a pensar sobre lo que acaba de ver, y en mi caso personal cuanto más lo pienso más me gusta la idea y la resolución. Como último apunte, considero que antes de ver esta película hay que echarle un vistazo a Resolution, de los mismos creadores. Ambas obras pueden verse de manera independiente, pero a mi modo de ver la experiencia es más completa si antes se ha visto el film de 2012.