El Alienista
Lo confieso, soy más de películas que de series. Sin embargo, debo admitir que el formato proporcionado por Netflix, que me permite hacer una maratón y ventilarme una temporada completa a mi propio ritmo, ha hecho que cada vez picotee más con producciones propias de la plataforma en cuanto las veo en la portada (sí, soy una mente débil). Me ocurrió con Stranger Things, Por trece razones, Dark o Atípico, y es lo que también me ha ocurrido con El Alienista, que me hizo pasar una buenísima jornada durante el pasado puente de mayo.
Al leer el título, mi mente enseguida estableció una conexión con la temática extraterrestre, pero nada más lejos de la realidad. El término “alienista” se daba en el siglo XIX a aquellos profesionales de la medicina que comenzaban a estudiar la psique humana de forma sistemática, los primeros psicólogos/psiquiatras que se preocuparon por ahondar en los misterios de nuestra mente y sus desequilibrios.
Partiendo de dicha premisa, y basándose en la novela homónima de Caleb Carr, este thriller psicológico se centra en uno de estos profesionales, el doctor Laszlo Kreizler (Daniel Brühl), quien junto a su amigo, el ilustrador y periodista John Moore (Luke Evans), y Sara Howard, la primera mujer empleada por la policía de Nueva York (Dakota Fanning), tratarán de esclarecer una serie de escabrosos crímenes perpetrados contra niños y adolescentes de los bajos fondos de la ciudad. La prostitución, la pederastia, la corrupción policial, la inmigración, el rol de la mujer en la sociedad de la época… son algunos de los temas que de una forma u otra se tratan en la serie, lo cual le confiere una mayor profundidad a la hora de describirnos las circunstancias históricas en las que los asesinatos tienen lugar. Cabe señalar que aunque los hechos descritos son absolutamente ficticios, el jefe de policía, Theodore Roosevelt (Brian Geraghty), es ni más ni menos el futuro vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos, quien mientras estuvo al mando de la Prefectura de Nueva York luchó denodadamente contra la corrupción policial.
La ambientación es sin duda uno de los puntos fuertes de esta producción. Aunque el CGI de grandes planos generales del Nueva York de finales del siglo XIX cojea un poco, es en los interiores y en los retratos de las calles y edificios de la propia ciudad donde la serie encuentra una vía para ofrecer más información acerca de los protagonistas y de sus acciones. En este sentido, y salvando las debidas distancias, me recordó a la atmósfera conseguida por Scorsese en su Gangs of New York.
Tengo debilidad por Daniel Brühl desde su Good bye Lenin!, y en esta ocasión ha vuelto a ofrecer una actuación impecable, a la que no puedo ponerle un solo pero. Luke Evans me ha sorprendido gratamente en su rol de joven-que-aparenta-ser-un-viva-la-virgen-aunque-en-realidad-vive-atormentado-el-pobre. Y Dakota Fanning, aquella niña prodigio que no termina de encontrar su lugar en la jungla de la pantalla grande, ha acertado al aceptar un papel que la aleja de artificios y ñoñerías, y la obliga a utilizar todas sus armas interpretativas para convencer a los espectadores como una joven que lucha por encontrar su propio lugar en una sociedad que se empeña en que sea exclusivamente esposa y madre.
En conclusión, El Alienista quizá no aporte nada novedoso en cuanto a su temática (asesinos en serie tenemos a mansalva, y con todo tipo de modus operandi), pero la forma en la que la investigación se va llevando a cabo, teniendo en cuenta la precariedad de los medios de la época, el acierto en el casting (tanto principal como secundario y reparto), y la cuidada atmósfera en interiores y exteriores la convierten en una opción muy recomendable para los amantes del género.
