30 Monedas Segunda Temporada

Hace poco más de un año les vine a platicar lo genial y fantástica que me pareció la serie 30 monedas de Álex de la Iglesia y es que razones no me faltaban, en la última década es el único producto audiovisual que ha logrado provocarme miedo. Y si quieren saber por el por qué aquí les comparto mi opinión.

Este año se ha estrenado la segunda temporada y ahora que ya me puse al día con los 8 capítulos, no podía quedarme con las ganas de compartirles mi opinión.

El primer episodio titulado “Pueblo Fantasma” funciona de forma genial, generando un hilo conductor entre la primera temporada y la segunda, buscando dar continuidad a los personajes y un nuevo protagonismo a algunos que habían estado en segundo plano y, a pesar de ello, se encarga de plantear un nuevo rumbo de la historia. Regresando a Sepúlveda, donde toda la historia inicia y que justamente se ha convertido en un pueblo fantasma cuyos habitantes se han vuelto locos. Explica lo que ha pasado en el mundo después de los horribles sucesos con los que cierran el ciclo anterior y no deja para nada de lado el horror que ya venía presentando, un digno inicio para esta serie.

Pero nada en su primer episodio nos prepara para “Las tierras del sueño” porque es aquí donde se consolida el nuevo rumbo de la serie, Álex de la Iglesia nos conduce por los senderos del mismo infierno en el que encontramos el trágico destino del Padre Vergara (Eduard Fernández) y su contrincante el Cardenal Santoro (Manolo Solo). Se nos muestra un mundo de horror y sufrimiento eternos, bastante digitalizado el asunto, pero aun así convincente. El horror llega con Elena (Megan Montaner), la veterinaria protagonista de la primera temporada y el perturbador parto al final; no diré más, pero es espeluznante.

A partir del tercer capítulo la cosa comienza a cambiar y, sí tengo que adelantar que justo aquí se me empezaron a caer las expectativas. Y no es que sea malo, sino que el terror se fue yendo a menos. Aunque las criaturas horrorosas y lovecraftianas siguieron un poco presentes, la narrativa comenzó a volcarse más hacía las conspiraciones mundiales, la lucha de poderes, la ambición, las traiciones y los privilegios capitalistas ante un inminente fin del mundo.

Y así se van los siguientes capítulos, con persecuciones, poderes sobrenaturales, la lucha del bien contra el mal, el dinero dirigiendo el destino de la humanidad y los monstruos dejaron de aparecer, al menos en su forma grotesca y desfigurada; porque se deja ver que los verdaderos monstruos son humanos.

Aunque sí me sentí un poco decepcionada, porque yo estaba esperando terror y situaciones más verosímiles en concordancia con la primera temporada; al final decidí continuar viendo ya con otra mirada y tratando de entender las cosas que se estaban planteando y hay varias cosas a destacar. En primera el desarrollo del personaje de Merche (Macarena Gómez) que desde la primera parte tuvo una evolución excelente, aunque pintarla como una posesiva enfermiza al final la tiró un poco. Por otro lado, Antonio (Javier Bódalo) y el grupo que le acompaña tiene una pinta muy aventurera y arriesgada que les da un toque interesante y que ayudan a explicar detalles complejos que, aunque por momentos resultan cansinos, son muy determinantes.

La imaginería del infierno en 30 monedas no pasa desapercibida porque recuerda un poco a Silent Hill (el videojuego) y un poco al Infierno de Dante. Los escenarios se vuelven mucho más variados poniendo el ojo en diferentes partes del mundo entre las que destacan (además de España que es en donde se desarrolla la historia), el Vaticano, México y parte de la Selva Lacandona con todo y una visión del culto a la Santa Muerte (que por cierto me pareció algo exagerado y como mexicana me sentí algo incómoda con la forma en que se representó a los mexicanos, pero nada grave) y las líneas de Nazca en Perú que al final juegan un papel protagonista.

Y, justamente quiero cerrar hablando del final, porque no podía ser de otra forma, y es que está lleno de cosas geniales, un puñado de referencias a Star Wars y los multiversos a lo Marvel porque sí podemos pasar de H. P. Lovecraft y Stephen King a George Lucas en la misma serie. Alcanza a cerrar bien el planteamiento que viene construyendo durante toda la temporada y en lugar de solucionar el caos lo vuelve aun más grande lo que hace que desde ya se esté esperando la tercera temporada.

Pero no me quedaré sin decir que 30 monedas también fue una pasada hilarante e imposible de creer que incluye poderes sobre naturales a lo Stranger Things, un ojo gigante y un platillo volador ¡pfff! Y no es que sea malo, porque la misma historia lo justifica, pero es que por momentos resulta un tanto incómodo. Esperando que esto no sea un Spoiler, me quedo con el interés que me genera el salto que dan los personajes a un universo alterno en el que todo vuelve a comenzar, pero en el que nada es igual y eso ya me está intrigando y pese a mis quejas estoy ya esperando la siguiente entrega. Definitivamente vale la pena ver esta serie porque, aunque ya no es la genialidad que daba miedo sí sigue siendo interesante y muy emocionante.