Zipi y Zape y el club de la canica
El cómic español, o tebeo para los más añejos, también quiere subirse al carro de las adaptaciones. Ahí tenemos Mortadelo y Filemón, la primera y segunda aquí comentadas, Anacleto: agente secreto, que ya os hablaré de ella más adelante, Super López, que está en camino, y Zipi y Zape. Esta última sería la que me ocuparía hoy, que no había visto hasta ahora para poder abordarla aquí, e igual que hubiera seguido así no habría sido malo. Pero no adelantemos acontecimientos, antes un breve de resumen de la trama.
Los hermanos Zipi (interpretado por Raúl Rivas) y Zape (Daniel Cerezo), gamberros desde su nacimiento, han sido enviados al Centro de Reeducación Esperanza para pasar todo el verano como castigo a uno de sus últimos actos. Allí comprueban que el colegio es poco divertido, de hecho parece una penitenciaria regida por el poco empático con los niños Falconetti (Javier Gutiérrez). Es por eso que junto a sus compañeros Filo (Fran García), Micro (Marcos Ruíz), y Matilde (Claudia Vega), crean el club de la canica, que es una suerte de resistencia que se dedica a hacer gamberradas dejando siempre una canica como firma. Pero entre estos actos de rebelión se toparán con un secreto que esconde este colegio, y esto podría ser el inicio de una gran aventura.
El apartado visual de esta película no es nada malo. Hay que aclarar que no es una producción que necesita de efectos especiales ni ninguna técnica de CGI, pero al menos la fotografía cumple con creces. Por su parte el apartado sonoro no es nada del otro mundo, y más teniendo en cuenta que han contado para ello con los grupos de pop español del momento para colmar los créditos finales y alguna escena de la cinta.
En el reparto tenemos una brecha grande en lo que a interpretaciones se refiere. De esta manera los actores más menudos no serian tan memorables como debieran (recordemos que provienen de unas historietas cuyos protagonistas son estos dos pequeños hermanos), pero si destacan los actores adultos y ya versados como Javier Gutiérrez o el tristemente fallecido Álex Angulo, que puede que esta fuera una de sus ultimas actuaciones. La dirección recae en Oskar Santos, que le ha salido una película de aventuras que se parece más bien poco a aquellas tiras llenas de gamberradas y demás barrabasadas.
Ese probablemente sea su problema, que se haya tenido que buscar algo más parecido a Los Goonies (si, aunque suene a sacrilegio, veo bastantes ecos de ello aquí), que a las historietas de estos dos pequeños trastos. Imagino que habrá sido una cuestión comercial de cara a poder realizar y cuadrar un largometraje, y que de paso esté al acceso de todos los públicos. Vamos, lo que es una película para toda la familia.
En definitiva, es una película entretenida, si, pero muy alejada de las historietas originales. Seguramente la disfrutaran los más pequeños de la casa por delante de los que llegamos a leer sus tiras. Pero aun queda una secuela (que más adelante la comentaré), y eso no se si es bueno o malo. Ya lo descubriré.
Si hiciera una lista de cosas más aburridas, petardas, y apestosas que hay en el mundo, la primera, la que ganaría de palizón, seria los castigos.
